Magnus Carlsen, el Gran Maestro Internacional de ajedrez noruego y su amigo, el ruso Ian Nepomniachtchi se miran cara a cara en el Campeonato Mundial de Ajedrez que se celebra en Dubái.
Ambos, que se conocen desde niños, echarán la amistad a un lado para intentar destruirse en una especie de guerra fría que culminará el 16 de diciembre. Pero Magnus, gane o pierda, sumará el premio a los millones de dólares que ha acumulado durante su corta carrera. Es el gran favorito que defiende el título.
Y es que el maestro noruego ha sido un genio precoz en todo, incluso en los negocios. Magnus tiene casi una década en la cúspide del deporte de la mente. En ocasiones triunfa con una facilidad humillante y tritura marcas de las grandes leyendas.

Con dos años resolvía rompecabezas de 50 piezas y con cuatro ya ensamblaba juegos de construcción etiquetados para adolescentes. A los cinco años sus padres, ambos ingenieros, decidieron comprarle un juego de ajedrez y sin saber destaparon un genio encerrado en un tablero.
El primer objetivo de Magnus fue ganarles a sus tres hermanas mayores: Ellen, Signe e Ingrid. A partir de allí todo fue para él cómo un día más en la oficina. Y comenzó a alimentar una base de datos de su asombrosa memoria fotográfica.
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Su ascenso fue meteórico. Se convirtió en Gran Maestro a los 13, número uno por primera vez a los 18, campeón mundial a los 22. El Gran Maestro checo Lubomir Kavalek cuando vio lo que hacía con apenas 13 años lo bautizó como “el Mozart del ajedrez” y no se equivocó.
Los expertos dicen que Magnus jamás se ha sometido a un test, por lo que se desconoce su coeficiente intelectual. Sin embargo, se conjetura que rondaría los 190 puntos de Gary Kasparov y del estadounidense Bobby Fischer. Una persona normal posee un cociente de entre 110 y 119. A partir de 130 se les considera superdotados.
Pero Magnus no sólo tiene mañas en el tablero, también se las trae en los negocios. Hace algunos años la revista Cosmopolitan lo incluyó en la lista de hombres más sexys. Se permite licencias ajenas al ajedrez como protagonizar una campaña de moda para la firma G-Star o rechazar una oferta cinematográfica.
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Sus padres, Henrik y Sigrun, formaron una empresa para gestionar sus ganancias. Sin embargo, su principal negocio es la aplicación móvil Play Magnus, la cual cuenta con 250 empleados y cuatro millones de usuarios. Además la empresa del niño prodigio cotiza en la bolsa de Oslo, la capital de Noruega.
La pandemia que paralizó los juegos presenciales, impulsó las ganancias Magnus debido al incremento de los juegos en línea. En principio, Play Magnus se diseñó para imitar el estilo de juego de Carlsen, pero ahora la empresa se expandió. Cuenta con un sitio de juego en línea, múltiples plataformas de enseñanza, entrenamiento, además áreas de publicación digital y de libros.
Carlsen, considerado el número uno más precoz de la historia del ajedrez, también es una máquina de ganar dinero.