Venezuela participará en los ensayos clínicos de la fase III de la vacuna rusa contra la COVID-19 y podría producirla conjuntamente con Moscú en el país caribeño según informó el ministro de Salud, Carlos Alvarado.
”Hemos propuesto a la Federación Rusa participar en la fase III de este proyecto. Es decir, Venezuela va aportar 500 voluntarios para esa fase importantísima, para la aplicación masiva de la vacuna”, señaló el funcionario del régimen de Nicolás Maduro en una actividad transmitida por la televisión estatal.
Moscú completó los primeros ensayos en humanos de la vacuna llamada ‘Sputnik V’, basada en adenovirus y espera iniciar los ensayos a gran escala en agosto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció recientemente que no ha recibido suficiente información sobre la vacuna rusa para evaluarla y que los planes para producirla no deben llevarse a cabo hasta que se completen las fases II y III de los ensayos para garantizar su seguridad y eficacia.
Maduro reiteró que sería uno de los primeros en ponerse la vacuna para dar el ejemplo. Su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, también prometió ser uno de los primeros en aplicarse la vacuna de Moscú si se demuestra que es efectiva.
El país suramericano, que registra casi 40 mil casos de infección según cifras oficiales, ofreció a Rusia producir la fórmula en una planta de vacunas de la Universidad Central de Venezuela, que según afirmó Alvarado, tiene la “capacidad científica” y tecnológica necesaria para elaborar la vacuna.
El régimen de Maduro señaló que además ya entraron en conversaciones con una empresa china que fabrica una vacuna contra la COVID-19 para participar en los estudios clínicos de la fase III, pero el ministro no precisó número de voluntarios, ni dio más detalles.
El funcionario agregó que hablaron con las autoridades argentinas en relación a una vacuna experimental de la Universidad de Oxford y la compañía AstraZeneca, denominada AZD1222, pero expresó dudas debido a que el laboratorio se fue de Venezuela cuando iniciaron las sanciones de Estados Unidos.
México y Argentina anunciaron en la semana la producción conjunta de la vacuna que desarrollan AstraZeneca y Oxford, cuya manufactura comenzaría en el primer trimestre de 2021.
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La velocidad con la que Rusia se está moviendo para implementar la vacuna ha llevado a algunos medios a cuestionar si Moscú está anteponiendo el prestigio nacional por encima de los hechos científicos sólidos y la seguridad de las personas.
Las autoridades rusas han dicho que la producción de la vacuna a gran escala comenzará en septiembre mientras que las campañas masivas de vacunación empezarían a partir de octubre. Pero según una investigación publicada en prestigiosa revista científica Nature, los científicos de todo el mundo han cuestionado severamente este anuncio por ser peligrosamente apresurado.
“Rusia no ha completado grandes ensayos para probar su seguridad y eficacia, y el lanzamiento de una vacuna no examinada adecuadamente podría poner en riesgo a las personas que la reciben”, adelantan los investigadores en la revista científica. También afirman que podría obstaculizar los esfuerzos globales para desarrollar inmunizaciones COVID-19 de calidad.