El grupo étnico musulmán chino conocido como el pueblo de los Uigur ha entrado en el radar de la Cámara Baja de Estados Unidos que aprobó este martes un proyecto de ley que insta al Gobierno de Donald Trump a imponer sanciones contra China por la situación de derechos humanos en la región de Xinjiang.
La votación fue abrumadora en respaldo de la iniciativa, una política que juntó sin problemas a las dos aceras políticas del congreso que dio 407 a favor y solo un voto en contra, el visto bueno para que la petición viaje al Senado, donde ya se sabe, cuenta con la más amplia aprobación.
De acuerdo a múltiples fuentes, los uigures en Sinkiang sufren de un “estado policial de pleno derecho” con controles y restricciones extensas en su vida religiosa, cultural y social.
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Reportes de inteligencia han precisado que en Sinkiang, el gobierno chino ha ampliado la vigilancia policial para detectar signos de “extremismo religioso” que incluyen poseer libros sobre uigures, dejarse la barba, tener una alfombra de oración o dejar de fumar o beber. El gobierno también habría instalado cámaras en los hogares de ciudadanos.
Con el proyecto de los Representantes se está defendiendo el derecho de esta etnia de creencias musulmanas a una vida sin persecuciones, de allí que el proyecto propone sancionar como máximo responsable de las presuntas violaciones a los derechos humanos al secretario del Partido del Comunista de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, Chen Quanguo, quien forma parte del Buró Político del Partido Comunista de China.
Sobre los supuestos abusos contra los uigures, la comunidad de Inteligencia ha precisado que al menos entre 120 mil y posiblemente más de 1 millón uigures están detenidos en campos de detención masiva, denominados “campos de reeducación”, destinados a cambiar el pensamiento político de los detenidos, sus identidades y sus creencias religiosas.
En algunas de estas instalaciones mantienen a los presos detenidos durante todo el día, mientras que en otros liberan a sus presos por la noche para regresar a sus hogares. El New York Times ha informado que los presos deben “cantar himnos elogiando al Partido Comunista Chino y escribir ensayos de autocrítica”, y que los presos también son sometidos a abusos físicos y verbales por parte de los guardias de la prisión.
El texto de la Cámara Baja también prevé sanciones contra otros individuos y la prohibición de exportar a China cierta tecnología que se puede utilizar para “suprimir la privacidad individual o la libertad de movimiento”.
Este nuevo proyecto llega a los pocos días de que el Congreso aprobara y Trump suscribiera otros textos en apoyo a las protestas en Hong Kong que también contemplan sanciones y la prohibición de exportar cierto material antidisturbios.
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Más en concreto, la iniciativa busca sancionar a funcionarios chinos responsables de violaciones a los derechos humanos como detenciones arbitrarias, torturas, confesiones forzadas o entregas extrajudiciales, entre otras.
En respuesta a las leyes de apoyo a las protestas hongkonesas, Pekín ha prohibido a los buques y aeronaves militares de EE.UU. hacer escala en la excolonia británica y anunció que aumentará las sanciones contra ONG estadounidenses como Human Rights Watch (HRW) por sus “importantes responsabilidades en el caos en Hong Kong”.
Estas leyes sobre Hong Kong y los uigures han irritado a China y enturbian las relaciones entre Washington y Pekín ya de por si deterioradas por la guerra comercial entre ambas naciones promovida por Trump.