Las consecuencias de la suspensión de ayuda económica de Estados Unidos a Honduras, Guatemala y El Salvador aún están por verse. El presidente Donald Trump tomó la decisión como una forma de presionar a miembros del llamado Triángulo Norte para que detengan el creciente flujo migratorio hacia territorio estadounidense.
El recorte de la ayuda pone en riesgo principalmente programas que pretenden evitar la salida masiva de personas hacia el norte.
Hasta la fecha el gobierno estadounidense no ha ofrecido detalles sobre cuáles programas se quedarán sin recursos, pero según la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), entre los más afectados se encuentran los que combaten pobreza extrema, violencia e impunidad, que son algunos de los problemas que cada año obligan a miles de personas de la región emigrar de sus países.
Los fondos que podrían cancelarse se utilizan, por ejemplo, para combatir la extorsión en Guatemala, el reclutamiento de jóvenes por pandillas de Maras en El Salvador o para reducir la tasa de homicidios en Honduras.
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La orden de Trump implica suspender fondos por al menos 450 millones de dólares según datos del Departamento de Estado, aunque la cantidad puede ser mayor.
Adriana Beltrán, directora para Seguridad Ciudadana de WOLA, recuerda que el Congreso estadounidense autorizó en febrero pasado 180 millones de dólares para Centroamérica. No está claro si este dinero también forma parte del decreto de suspensión del mandatario pero las consecuencias de su propuesta pueden ser graves.
“Gran parte de lo que ha dado Estados Unidos a la región ha sido para apoyar esfuerzos que buscan atender los factores que causan la migración irregular. Esa decisión, lejos de ayudar a estabilizar la situación en la región, lo único que va a hacer es empeorar las condiciones en los países de Centroamérica”, dijo Beltrán.
La orden de Trump puede resultar contraproducente para Estados Unidos, insistió la especialista. “Puede provocar más migración a la larga. Es lo que va a hacer”.
En todo caso el monto del recorte representa una cantidad menor al dinero que Centroamérica recibe cada año en remesas, especialmente desde Estados Unidos.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 2018 el monto de estos recursos fue de 22.500 millones de dólares. En el Triángulo Norte las remesas son fundamentales para las economías locales según la CEPAL.
Para algunos países como Honduras el dinero del gobierno de Estados Unidos no es relevante, dice el presidente Juan Orlando Hernández. Según datos de la Secretaría de Finanzas hondureña, en 2018 se recibieron 90 millones de dólares a través de distintos programas y agencias estadounidenses. En ese período el monto de las remesas fue de 4.900 dólares de acuerdo con la CEPAL.
El presidente Hernández asegura que el gobierno de Trump no ha dado ninguna ayuda a su país. “Con el plan Alianza para la Prosperidad dijimos que Honduras iba a poner cuatro dólares, mientras que Estados Unidos pondría uno. Esos dineros en algunas ocasiones se han atrasado y en otras ni ha llegado”, dijo.
Analistas y miembros del Congreso estadounidense creen que el anuncio de Trump es parte de una estrategia política. Pero otros como el exvicepresidente de Guatemala, Eduardo Stein, advierten que la orden del mandatario puede desatar conflictos legales.
“Claramente contradice compromisos de política exterior bipartidaria de Estados Unidos con nosotros”, dijo Stein.