El inmigrante en Estados Unidos es la base principal de la historia de este país, que es de inmigrantes, porque todos sus habitantes tienen un antepasado foráneo que un buen día llegó a la tierra de las oportunidades que les permitió cristalizar un sueño.
Dos generaciones de quisqueyanos residenciados en Filadelfia son la demostración viva de la superación, el trabajo y el esfuerzo, demostrado en sus trayectorias como activistas en favor de las comunidades latinas. Las visas requeridas no fueron impedimento para que estos dos hijos de República Dominicana, sean ejemplo del triunfo que otorga el trabajo responsable.
Es el caso de Pedro Rodríguez, ex director de recursos humanos de la ciudad de Filadelfia y ex comisionado de Philadelphia Civil Services Commission; y del joven Carlos Adolfo González, Director Asociado de ACLAMO Family Centers, organización sin fines de lucro dedicada a brindar servicios sociales y programas educativos a residentes de bajos ingresos en el Condado de Montgomery.
Durante los últimos años Rodríguez, quien llegó a Estados Unidos en 1972, dirigió una de las entidades clave en la lucha contra la pobreza y el desempleo en la ciudad de Filadelfia, la Oficina de Recursos Humanos del Ayuntamiento; un cuerpo que emplea a más de 30.000 personas en los diferentes departamentos de la administración municipal y sus servicios.
Para Rodríguez ser inmigrante significa asumir una responsabilidad mucho más pesada que la de una persona nacida en Estados Unidos. “Existe una presión, de comportase con cierto estilo, demostrar que se es una persona seria, trabajadora, que no es una carga para el estado”, comenta.
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Pero dice que también significa “tener que soportar los bochornos y discriminaciones que existen porque uno habla inglés con acento, porque se ve diferente y tiene costumbres distintas”.
Para él, ser inmigrante es “entender conscientemente en cada momento de tu vida que tienes que leer el cuarto donde estás y poder entender de dónde vienen las opiniones, expresiones y actitudes de la gente”.
Una nueva generación la representa Carlos González, otro dominicano que creció en una ciudad suburbana de los Estados Unidos. Estudió en una escuela pública donde fue presidente del consejo estudiantil y jefe del modelo de la ONU. Pero nadie sabía que González era un inmigrante indocumentado que llegó a Norteamérica a los 11 años con su madre y hermanas después de la muerte de su padre y se quedó más allá de su visa de turista.
Este joven es Director Asociado de ACLAMO Family Centers, una organización sin fines de lucro que se dedica a servir a personas de bajos recursos, la mayoría latinos e inmigrantes. Se enfocan en servicios sociales, programas educativos y programas de salud y bienestar.
Aunque obtuvo un Asociado en Artes en Harrisburg Area Community College y una Licenciatura en Artes en Ciencias Políticas de Amherst College y cuenta con dos maestrías en su currículo, Carlos manifiesta que la discriminación lo ha golpeado.
“He sentido la discriminación es diferentes espacios, en unos más que en otros”, dice a tiempo que recuerda cuando trabajó en Chicago en una iniciativa que estaba en la boleta de votación ese año para aumentar el salario mínimo en el estado de Illinois.
En esa oportunidad le tocó visitar una comunidad muy influyente donde predominaban anglos americanos quienes le insinuaron que él podría ser un delincuente. “A veces no son cosas tan explícitas pero que te hacen sentir que no eres bienvenido”.
En 2012, el presidente Obama firmó la orden ejecutiva conocida como Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) que permitía a los inmigrantes indocumentados que llegaron como niños la suspensión de la deportación.
“Daca me abrió muchas puertas. Mi preocupación era graduarme de la universidad y no poder encontrar trabajo o no poder ejercer lo que había estudiado por no tener acceso a permiso de trabajo”.
Dice que DACA le dio la oportunidad de trabajar y lo ha hecho en el sector público que es donde está su pasión. “Ayudar a mi comunidad en diferentes sectores del sector público y además pude seguir estudiando”
Lamenta que esa opción ya no existe porque el presidente Trump rescindió la orden ejecutiva de DACA. “Pero como todo inmigrante seguimos adelante, viendo las oportunidades que tenemos enfrente seguimos organizándonos y demandando un lugar permanente en este país que consideramos nuestro”.