La detención de la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez fue rechazada en bloque por la oposición de su país, donde es investigada por su participación en un supuesto golpe de Estado contra el exmandatario izquierdista Evo Morales en 2019.
Los principales partidos opositores, conservadores de derecha, niegan que haya habido un golpe de Estado en Bolivia en noviembre de 2019, cuando en medio de una convulsión social y levantamiento de la policía, Morales renunció y partió a México como primer destino, y Áñez, entonces segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina.
La oposición, sorprendida, indicó que, como expresidenta, Áñez debe ser juzgada por el Parlamento y no por los tribunales ordinarios pero el ministro de Justicia negó toda posibilidad de un juicio de privilegio como exmandataria.
Mientras, algunos dirigentes y agrupaciones de la sociedad civil convocaron desde el lunes a protestas contra estas detenciones, calificadas como una «persecución política» contra aquellos que «defendieron la democracia y la libertad en 2019», dijo el exmandatario Carlos Mesa (2003-2005) en Twitter.
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Jeanine Áñez, de 53 años, fue detenida la madrugada del sábado en la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni, 600 km noreste de La Paz, por la policía, en un operativo que dirigió el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo.
Su nombre figura en una denuncia que hizo en diciembre pasado la exdiputada del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), Lidia Patty, contra el líder cívico de la rica región de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, gobernador electo del departamento en las recientes elecciones locales.
En la demanda figuran cinco exministros de Áñez, jefes policiales y militares y civiles que habrían participado en lo que el actual gobierno considera un golpe de Estado contra el izquierdista Morales, tras 14 años en el poder.
Como Áñez fueron detenidos también en Trinidad sus exministros de Justicia, Álvaro Coimbra, y de Energía, Rodrigo Guzmán, y todos fueron trasladados en avión a La Paz, para ser interrogados por la Fiscalía. La acusación es por sedición, terrorismo y conspiración.
La detención de Áñez motivó que el Alto Representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijera desde Twitter que «las acusaciones por los hechos de 2019 deben resolverse en el marco de una justicia transparente y sin presiones políticas».
Jeanine Áñez asumió la presidencia en noviembre de 2019, tras la dimisión de Morales en medio de una fuerte convulsión social de opositores que denunciaron un fraude en las elecciones del mes anterior en las que el líder izquierdista buscaba reelegirse.
Morales salió exiliado a México, se trasladó un mes después a Argentina como refugiado y volvió a su país en noviembre de 2020, tras la elección presidencial ganada por Arce, su delfín y exministro de Economía.