El Baby Blues es una alteración o un cambio en el estado de ánimo que se produce en las mujeres en torno al segundo o tercer día después del parto. Puede durar entre unas dos y tres semanas, puede regresar de forma espontánea.
En cuanto a los síntomas, se parece mucho a la depresión posparto, pero se diferencian en gravedad y durabilidad.
Con el Baby Blues hay tristeza, irritabilidad, facilidad para el llanto, dificultad para dormir, hipersensibilidad y ansiedad. Sin embargo, no cambian sustancialmente la autoestima, algo que si sucede en la depresión posparto.
En la depresión posparto, la madre puede buscar activamente evitar el contacto con otras personas, tener dificultad para concentrarse y tomar decisiones, cuestionarse su capacidad para a cuidarse a sí misma y al bebé, así como tener pensamientos aterradores, como por ejemplo la idea de lastimar al bebé, según explica la página del Servicio Nacional del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés). Esto no pasa en el Baby Blues.
¿A qué se debe?
Son varios factores que se unen, por ejemplo, los cambios hormonales presentes en todo el embarazo; también influye la situación laboral, económica, familiar; la idealización del parto o el apoyo de otras personas a la madre.
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Pero el aspecto biológico es solo una parte del problema, la madre también se ve sometida a una situación de estrés psicológico ante el cambio de vida que produce el cuidado de un bebé ya que su sueño se altera, el amamantamiento le produce un desgaste fisiológico a su organismo y estos cambios puede crearle ansiedad.
Una investigación de BBC Mundo descubrió que alrededor del 85% de las mujeres sufren tristeza posparto, en comparación con entre un 10% y 20% que padece depresión posnatal.
El cuidado de la madre es la mejor manera de prevenirlo o enfrentarlo. Es importante que la madre tenga una persona de confianza cerca con la que pueda hablar acerca de cómo se siente; mantener una dieta bien equilibrada, los carbohidratos simples a veces pueden afectar el humor; también se puede mantener un diario de todos los pensamientos y sentimientos; será relevante salir a la calle para disfrutar del aire fresco y la vida fuera de los confines de pañales, alimentación, entre otras cosas señaló la American Pregnancy Asociation.
Estar en contacto con otras madres y familias, tiene muchos beneficios de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los más destacables son: mejor autoestima y confianza, menos niveles de estrés y una actitud más positiva en las mujeres que asisten a estos grupos. La OMS estimó que la asistencia a estos grupos contribuye a disminuir la depresión postparto en un 60%.