La muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis provocó una serie de protestas alrededor del país y de otras naciones, algunas de las cuales se tornaron violentas con el uso de fuerza, gas lacrimógeno y arrestos, todos factores que –según expertos– podría causar olas más grandes de contagio de coronavirus, empeorando la crisis actual que se vive no solo en Estados Unidos, sino en el mundo.
Esto, aunado a la flexibilización de las cuarentenas sin que bajen el número de contagios y muertes, podría ser contraproducente.
Una vocera de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) afirmó que, aunque las protestas y reuniones grandes de personas hacen «más difícil mantener los lineamientos de distancia social y pueden poner a otros en riesgo», es difícil saber si habrá un efecto directo en los casos de coronavirus en el país. Sin embargo, otros expertos difieren de esa opinión y han mostrado preocupación sobre si esto podría representar un alza en los ya altos casos que existen.
Por ejemplo, la alcaldía de Filadelfia alertó sobre esta situación en su reporte diario. Advirtieron de una mayor probabilidad de que los participantes en las recientes manifestaciones en la ciudad hayan estado expuestos a la COVID-19 y emitió una guía de pruebas para estas personas.
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En el comunicado diario sobre actualización de la pandemia, el Departamento de Salud dijo que aquellos que estaban en o cerca de una protesta, incluso si usaban una máscara, deben seguir ciertas recomendaciones como controlar síntomas como fiebre de nueva aparición, tos o dificultad para respirar durante catorce días.
El Departamento pidió a estas personas intentar mantenerse alejado de otras personas durante catorce días.
Por otra parte, se teme que el uso de gas lacrimógeno además de los arrestos y la presencia de personas sin protección provoque que sea más fácil la propagación del virus.
Pero el orden, el distanciamiento y las normas que pide la Organización Mundial de la Salud no son difíciles ni imposibles de llevar a cabo. En Hong Kong, donde ha habido protestas en contra de la intervención de China, las personas han vuelto a las calles, pero de una forma organizada realizando demostraciones con sana distancia.
El mismo gobernador de Minnesota, Tim Walz, dijo que espera un fuerte aumento en los casos de covid-19 en su estado. «Estoy profundamente preocupado por la superpropagación», aseguró Walz en una conferencia de prensa. «Vamos a ver un repunte de COVID-19. Es inevitable».
Si bien las manifestaciones se producen al aire libre, lo que podría frenar la transmisión del virus, y muchos de los manifestantes usan máscaras, los riesgos de contagio son claros.
Esta superpropagación «puede conducir a cadenas secundarias de transmisión, es decir, que las personas se infectan en una protesta y posteriormente causan transmisión adicional con contactos fuera de las protestas», explicó a BBC Mundo Angela Rasmussen, viróloga de Columbia Mailman School of Public Health, la escuela de posgrado en salud pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York.