Con casi el 96 % de los votos escrutados, el presidente de Bolivia Evo Morales, llevaba 46,39 % de los votos, frente al 37,11 % del opositor de la alianza Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, con lo que el mandatario estaría a solo 0,72 puntos de evitar una segunda vuelta y con ello proclamarse vencedor. Esta información fue dada a conocer este martes 22 de octubre por el Órgano Electoral Plurinacional.
Morales, el Presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia, tiene anunciada una comparecencia ante los medios este miércoles 23 de octubre, tras dos días sin aparecer públicamente posterior a las elecciones presidenciales y rodeado de protestas generales por sospechas de fraude electoral.
El mismo día que aparecerá Morales, el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) llamó a un cabildo nacional como una medida de “resistencia civil” ante un posible fraude electoral. De la misma manera, la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), que agrupa a sindicatos de obreros, campesinos, indígenas y cocaleros afines a Morales, llamó a una “marcha pacífica” para este miércoles, en “rechazo a las actitudes antidemocráticas de la oposición”.
La polémica en la contabilización de los votos provocó la renuncia del vicepresidente del Órgano Electoral Plurinacional (OEP), Antonio Costa, quien consideró “desatinada” la decisión de sus colegas de detener el domingo 20 de octubre, por un lapso de 20 horas, el recuento rápido de votos, pero defendió el trabajo del ente electoral y afirmó que “los resultados (del cómputo) son correctos”.
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Mientras tanto opositores a Morales chocaron con policías en las calles bolivianas ante la inminencia del anuncio oficial que lo daría como ganador en la primera vuelta.
Durante el segundo día consecutivo de protestas, miles de opositores se enfrentaron con la policía en una plaza del centro de La Paz donde el OEP tiene sus oficinas al grito de “fraude”, y quemaron las sedes regionales del organismo en Potosí, Sucre y Cobija.
Los grupos antimotines les cerraban el paso con bombas lacrimógenas y finalizaron con casi 30 de detenidos a lo largo del país. Quienes se manifestaban pedían a la autoridad electoral el respeto a la tendencia del voto publicada antes de la paralización del conteo.
“No vamos a reconocer a un Presidente que emerja fraudulentamente en este proceso electoral, no vamos a reconocer”, advirtió Mesa con megáfono en mano ante cientos de seguidores que marchaban por las calles.
Mesa, quien ejerció como presidente de Bolivia entre 2003 y 2005, cuanto tuvo que renunciar en medio de una grave convulsión social, llamó a los suyos a no rendirse hasta forzar “una segunda vuelta electoral que la hemos ganado en el voto popular”. El candidato opositor necesita que Morales no llegue al 50 % de votos ni al 40 % con diez puntos de ventaja para que los dos se vuelvan a medir en una nueva cita con las urnas en diciembre.
Por su parte y con más de 13 años desde que tomó posesión en 2006, Morales se reunió con miembros de delegaciones diplomáticas, organismos internacionales y observadores para dialogar sobre el cuestionado conteo de votos del proceso electoral del domingo, pero no ofreció declaraciones tras la reunión.
En su lugar el canciller boliviano, Diego Pary, dijo que “sea cual sea el resultado, nosotros como Gobierno vamos a aceptar el resultado”. Estas declaraciones las dio a la prensa tras una reunión con representantes de la comunidad diplomática, observadores de los comicios y de organismos internacionales.
El mandatario boliviano ya ha recibido por anticipado la felicitación de aliados como el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y del venezolano Nicolás Maduro pero se enfrenta a una parte de la comunidad internacional y de organismos que dudan del proceso electoral.