Encender un cigarro o un vapeador en Florida podría convertirse pronto en una práctica restringida casi por completo. El debate se reavivó con la presentación del proyecto de ley HB 389, impulsado por el representante republicano Alex Andrade, de Pensacola, que propone una de las regulaciones más amplias sobre consumo de tabaco y vapeo en espacios públicos en la historia del estado.
Una prohibición casi total
La HB 389 plantea prohibir fumar y vapear en playas, parques, aceras, calles, terrazas al aire libre y zonas comunes de edificios residenciales, oficinas, hospitales, hoteles y restaurantes. Su objetivo es unificar las normas estatales y reemplazar las múltiples ordenanzas locales, que actualmente varían ampliamente de un municipio a otro.
Además, el texto amplía la definición de productos prohibidos para incluir tanto dispositivos electrónicos como vaporizadores con nicotina y marihuana. Aunque el uso recreativo de cannabis sigue siendo ilegal en Florida, la propuesta busca cubrir cualquier forma de humo o aerosol que pueda afectar a terceros en espacios compartidos.
La excepción que más polémica ha generado es la de los tabacos sin filtro, como ciertos puros, que quedarían exentos de la prohibición. Críticos y organizaciones de salud pública consideran esto una contradicción, ya que representa uno de los productos que más humo generan.
Miami-Dade, el pionero
Antes de esta iniciativa estatal, varios gobiernos locales ya habían tomado medidas para limitar el consumo en espacios públicos. El Condado de Miami-Dade fue uno de los primeros en actuar. Tras la aprobación de la Ley 105 en 2022, firmada por el gobernador Ron DeSantis, Miami Beach prohibió el uso de cigarrillos con filtro en playas y parques. Sin embargo, aquella ley impedía a las ciudades regular los productos sin filtro y los dispositivos electrónicos, por lo que la medida quedó limitada.
Más tarde, la ciudad de Miami decidió ampliar la restricción por su cuenta e incorporó los cigarrillos electrónicos, prohibiendo tanto fumar como vapear en playas y parques. Este paso motivó a otras ciudades del sur de Florida a seguir el camino hacia espacios libres de humo, aunque siempre dependiendo de los márgenes legales permitidos a nivel estatal.
Un debate que también se vive en otras ciudades del país
La tendencia en Florida no es aislada. En distintos puntos del país se han aprobado leyes estrictas para reducir el consumo de tabaco en espacios públicos.
New York prohíbe fumar en parques públicos, playas, plazas peatonales y propiedades estatales desde 2011, con multas que se aplican de manera uniforme.
Los Angeles cuenta con regulaciones que restringen el uso de cigarrillos y vapeadores en parques, paradas de autobús, áreas al aire libre de restaurantes y espacios recreativos.
Chicago tiene una de las normativas más amplias del Medio Oeste: prohíbe fumar y vapear en parques, playas, estadios, patios exteriores y proximidades de edificios públicos.
Seattle adoptó una política de parques 100% libres de tabaco y vapeo, con fuerte énfasis en educación comunitaria más que en sanciones.
Estas regulaciones han servido como modelo para otros estados, y sus resultados —particularmente en calidad del aire y reducción de residuos como colillas— han sido citados en debates legislativos como el que hoy enfrenta Florida.
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¿Cuándo entraría en vigor?
Si el proyecto HB 389 supera el proceso legislativo, la nueva ley entraría en vigor el 1 de julio de 2026. Sus defensores sostienen que se trata de una medida necesaria para proteger la salud pública, especialmente en espacios concurridos. Sus detractores, en cambio, ven una intervención excesiva del Estado en la vida diaria y en la regulación de hábitos personales.
Mientras tanto, Florida avanza hacia lo que podría ser una de las legislaciones antitabaco más amplias del país.

































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