Los ataques con explosivos ocurridos el Domingo de Pascua en Sri Lanka podrían catalogarse como una de las operaciones terroristas más letales desde el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El saldo mortal de al menos 290 personas seguramente aumentará, dados los cientos de personas que también resultaron heridas en los ocho ataques a iglesias y hoteles del país asiático.
Esta cadena de atentados ha sido el ataque más devastador que ha sufrido Sri Lanka desde 2009 cuando terminó una guerra civil de casi tres décadas que enfrentó a la mayoría budista y a la minoría hindú tamil (segunda etnia del país concentrada en el norte y noreste), que causó cien mil muertos.
El Gobierno de Sri Lanka señala al grupo yihadista local National Thowheeth Jama’ath (NTJ) como responsable de la cadena de atentados que se sucedieron el pasado fin de semana en Colombo, la principal ciudad del país, y en otras localidades y que causaron casi 300 muertos y 500 heridos.
El portavoz del Ejecutivo, Rajitha Senaratne, dijo que los ataques se ejecutaron con la ayuda de una red internacional de terroristas. “No creemos que estos ataques se hayan llevado a cabo solo por un grupo de personas de este país. Hubo una red internacional sin la cual estos atentados no se habrían producido”, aseguró.
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El estado de máxima alerta se mantiene en esta isla del océano Índico después de las ocho explosiones que provocaron una matanza durante el Domingo de Resurrección en tres hoteles de lujo, un hostal y tres iglesias cristianas. A poco más de 24 horas de los primeros ataques, el lunes al mediodía, la policía detonó de forma controlada un artefacto explosivo colocado en una furgoneta estacionada cerca de una de las iglesias de Colombo donde explotó una de las bombas el día anterior.
Las autoridades encontraron 87 detonadores de explosivos en la principal estación de autobuses de esta ciudad, también desactivaron una bomba en el aeropuerto internacional de Colombo que es el principal del país. Ante la situación el Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió que grupos terroristas podrían estar planeando nuevos ataques.
Un equipo de expertos Interpol llegó a Sri Lanka para ayudar a las autoridades a investigar los hechos, según indicó la organización internacional de la policía criminal. “Enviada a petición de las autoridades esrilanquesas, la célula de crisis de Interpol incluye a especialistas en el estudio de la escena del crimen, en explosivos y en contraterrorismo, así como expertos en análisis e identificación de víctimas de catástrofes”, se indicó en un comunicado.
El Consejo de Seguridad Nacional de Sri Lanka ha ordenado como medida de precaución un segundo toque de queda nocturno en Colombo, que tuvo lugar desde las 8:00 de la noche del lunes (hora local) hasta las 4:00 de la madrugada del martes. Otra de las medidas ha sido bloquear el acceso a las redes sociales con el pretexto de evitar la propagación de noticias falsas y los mensajes de odio.
Hasta la fecha la policía había detenido a 24 personas, pero nadie se ha atribuido todavía la autoría de los atentados mientras que las autoridades forenses identificaron los cuerpos de siete terroristas suicidas.
El primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, dijo en un discurso a la nación que las autoridades habían recibido información de otros servicios de seguridad sobre posibles ataques, pero reconoció que “no se había prestado suficiente atención” a la amenaza. El mandatario también alertó que los servicios de seguridad del país no descartan la posibilidad de nuevos atentados.
La gran mayoría de los muertos son esrilanqueses, incluidos decenas de cristianos que se encontraban en las tres iglesias (dos católicas y una evangélica), donde estallaron las bombas. El Ministerio de Exteriores del país dijo que 36 de las víctimas mortales son extranjeros.
El Papa Francisco condenó los ataques que definió como “actos injustificables e inhumanos de terrorismo”. “Pido a todo el mundo que no dude en ofrecer toda la ayuda necesaria a esta querida nación. Espero que todo el mundo condene estos atentados”.
Con una población cercana a los 21 millones de habitantes, Sri Lanka es mayoritariamente budista (estimada en el 70% de la población del país). Tiene además un 12% de hindúes, un 10% de musulmanes y un 7% de cristianos. La matanza terrorista golpea a un país marcado por la tensión étnico-religiosa y una guerra que ha lastrado su desarrollo.