Al menos 207 personas murieron y unas 450 resultaron heridas este domingo en una serie de explosiones ocurridas en varias ciudades de Sri Lanka.
Los principales objetivos de los ataques fueron tres iglesias donde se habían reunido miembros de la minoría cristiana (que suponen el 7% en ese país de mayoría budista), para celebrar la Pascua y cuatro hoteles de lujo de la capital Colombo.
En total se registraron ocho explosiones en Colombo y las ciudades de Dehiwala, Negombo y Batticaloa. La policía ya arrestó a siete sospechosos y cree que todos los atentados fueron realizados por un mismo grupo.
Imágenes dentro de la iglesia de San Sebastián en Negombo, a unos 40 kilómetros en el norte de Colombo, muestran que la onda explosiva alcanzó el techo.
Al menos 27 ciudadanos extranjeros fallecieron en las explosiones, entre ellos un holandés, dos turcos, dos portugueses y ciudadanos británicos y estadounidenses, según publicaron varias agencias de prensa.
La agencia noticiosa Reuters, citando una fuente policial, señaló que al menos 50 personas habían muerto en Negombo, mientras que otras fuentes señalan que fueron los 27 los que murieron en Batticaloa.
Te puede interesar:Filadelfia elevó sus niveles de seguridad tras ataque en mezquita de Nueva Zelanda
Un empleado del Hotel Cinnamon Grand dijo a la agencia AFP que la explosión causó destrozos en el restaurante del hotel y que había matado al menos a una persona.
Otra detonación se reportó en un zoológico de la ciudad de Dehiwala, en el sur del país, donde dos personas murieron.
El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, emitió un comunicado en el que hacía un llamado para mantener la calma y apoyar a las autoridades con sus investigaciones.
“Condenamos con firmeza estos ataques cobardes. Hago un llamado a los habitantes de Sri Lanka para mantenernos unidos y fuertes durante este trágico momento”, señaló el jefe del gabinete de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe.
El gobierno impuso un toque de queda en todo el país en respuesta a los atentados. Las autoridades también bloquearon el acceso a las principales redes sociales en un aparente esfuerzo por evitar la difusión de rumores e informaciones falsas.
En su cuenta de Twitter el ministro de Economía, Mangala Samaraweera, dijo que los ataques parecen ser “un intento bien coordinado de crear anarquía y caos que había matado a muchas personas inocentes”.
Hasta ahora ningún grupo se ha atribuido su autoría.
En los últimos años, desde el fin del conflicto interno en el país en 2009, se han presentado casos esporádicos de violencia sobre todo con miembros de la mayoría budista cingalesa perpetrando ataques contra mezquitas y otros edificios de propiedad de musulmanes.
Debido a esto se declaró el estado de emergencia en marzo de 2018.