El presidente de Ecuador Lenín Moreno, anunció que ese país accederá a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 4.200 millones de dólares y a otros 6.000 millones más de un grupo de organismos multilaterales (Banco Mundial y CAF entre otros) para sanear sus cuentas públicas.
Confirmó que las negociaciones con el FMI han concluido con un acuerdo que permitirá a la economía ecuatoriana afrontar con más holgura la brecha fiscal que ha ido agrandándose cada año. Con este convenio el mandatario rompe con una década de separación que mantuvo el expresidente Rafael Correa ante el organismo internacional.
En cadena nacional televisada el jede de Estado latinoamericano compartió con sus conciudadanos la noticia del rescate financiero. “Hemos recuperado la confianza y la credibilidad. Por eso las más importantes organizaciones mundiales han decidido sumarse al camino que estamos construyendo. Han decidido respaldar el Plan de Prosperidad de nuestro Gobierno, por eso vamos a recibir más de 10.000 millones de dólares”, anunció.
Sin proporcionar detalles sobre las condiciones de los préstamos, Moreno alabó que el nuevo financiamiento tendrá mejores condiciones que la deuda adquirida hasta ahora por Ecuador. Las tasas oscilarán en torno al 5% de interés y habrá plazos de hasta 30 años para pagar.
“No me interesa el poder, me interesa el bienestar de todos; me interesa el presente y futuro de Ecuador, me interesa el país en el que vivirán nuestros hijos y nietos, el futuro de nuestros mayores. Tu futuro, ecuatoriano. Me interesa, sobremanera, dejarle al próximo gobierno y al país, un mejor Ecuador, que no les pase lo que a mí”, expuso Moreno en su mensaje televisivo.
Se espera para este jueves que el ministro de Finanzas, Richard Martínez, informe con precisión sobre los términos del acuerdo de staff alcanzado con el FMI y de los otros créditos con multilaterales, sobre todo de los compromisos adquiridos por Ecuador para acceder al paquete financiero.
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El ministro también celebró el acuerdo alcanzado y lo definió como un “momento histórico” que abre “las puertas a un futuro mejor para todos”.
Que sea un acuerdo de staff significa que el equipo negociador del Fondo ha encontrado un punto de encuentro con las autoridades ecuatorianas, tras las reuniones de las últimas semanas con representantes del Gobierno y del sector productivo empresarial. Ahora ese contrato está sujeto al visto bueno de la directiva del FMI antes de que se empiecen a desembolsar esos 4.200 millones de dólares.
Los otros 6.000 millones convenidos llegarán del Banco Interamericano de Desarrollo, Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Banco Europeo de Inversiones, Fondo Latinoamericano de Reservas, Agencia Francesa de Desarrollo y del Banco Mundial.
La situación de las arcas públicas ecuatorianas, golpeadas por el excesivo endeudamiento heredado del Gobierno de Correa, es lo que ha conducido al país a abrir las miras en cuanto a posibles prestamistas. El objetivo según la nueva dirección económica de Ecuador, es acceder a un programa más flexible y barato que no conlleve un ajuste drástico.
Aunque este rescate financiero seguramente acarreará nuevas medidas de ajuste a las ya adoptadas por Ecuador, como la eliminación de subsidios a los combustibles y el despido de miles de empleados públicos, el presidente Moreno no abandonó su discurso social.
“Hemos acordado con Naciones Unidas su apoyo para monitorear que los recursos del Estado se destinen, prioritariamente, a la inversión social”, dijo el mandatario ecuatoriano quien además explicó que el dinero que se reciba de los multilaterales permitirá crear más oportunidades de trabajo, entregar más vivienda social, aumentar el número de policías y pagar a los proveedores del Estado.