El PGA Tour, el principal circuito estadounidense de golf profesional masculino y el más importante del mundo se enfrenta con uñas y dientes a los petrodólares.
El nacimiento LIV Golf Invitational Series, una especie de liga mundial impulsada por los inversores árabes, provocó que estallara la llamada guerra de los “greens”. En el evento no podrá debutar el próximo mes en Londres con los golfistas que había prometido.
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El circuito estadounidense le negó a jugadores como Phil Mickelson, Sergio García y Lee Westwood el permiso para jugar en el primer evento de la liga mundial saudita. Otros 30 golfistas habían solicitado una autorización para aparecer en la apertura del LIV Golf.
Jay Monahan, el comisionado del PGA Tour, ha amenazado con execrar de por vida a cualquier profesional que se una a un circuito rival que el Tour perciba como una amenaza.
Comentaristas deportivos aseguran que los saudíes darán la bienvenida a una batalla legal, pues consideran que las leyes comerciales fallarán a su favor. Alegan además que el PGA Tour tiene el estatus de fundación benéfica.
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El dinero no es un problema para el LIV Golf porque disponen de bolsas estratosféricas para los golfistas. Los premios atraen a los mejores golfistas del planeta. El primer torneo del LIV Golf tiene previsto disputarse del 9 al 11 de junio en Centurión Golf en Londres.
Entre los golfistas que habían solicitado permiso para participar se encuentran Pablo Larrázabal, Braden Grace, Louis Oosthuizen, Martin Kaymer, Charl Schwartzel, Ian Poulter y Kevin Na.