Después de meses de un meticuloso trámite burocrático que favoreció la redirección presupuestaria asignada al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, el presidente Trump hace menos de 24 horas cuanta con 3.6 mil millones de dólares para erigir un tramo de su anhelado muro fronterizo frente a la línea divisoria con México.
Para lograr las condiciones necesarias que permitieran conseguir recursos para que la Administración Trump satisfaga su promesa de campaña en torno al muro frente a la nación azteca, el inquilino de la Casa Blanca tuvo que acudir a la declaración del estado de emergencia a mediados de febrero pasado a causa de la crisis migratoria que enfrenta la nación.
No obstante a tenor de trámite el Senado de los Estados Unidos, específicamente el Comité de Servicios Armados, requirió del secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, una justificación para el traslado presupuestario, trámite que se satisfizo con la explicación que indica que los 3.6 mil millones de dólares que serían usados en la construcción en instalaciones militares en Nueva York, como la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, podían esperar.
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Los medios nacionales se han hecho eco del reciente pronunciamiento del secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, quien autorizó la transferencia de 3.6 mil millones de dólares en fondos de construcción militar para 11 proyectos del muro en la frontera sur con México, según funcionarios de defensa y una carta de Esper al Comité de Servicios Armados del Senado.
En su carta, Esper le dijo al Congreso que “determinó que 11 proyectos de construcción militar a lo largo de la frontera internacional con México, con un costo total estimado de 3,6 mil millones de dólares, son necesarios para apoyar el uso de las fuerzas armadas en relación con la emergencia nacional”.
La prensa también ha sido precisa al resaltar que el tramo de la valla fronteriza que será erigida con el nuevo presupuesto será de 180 kilómetros y la partida para ejecutarlo se extrajo de los fondos del Departamento de Defensa, que aplazó 127 proyectos de construcción y modernización de recintos militares en Estados Unidos y el extranjero pronosticados para este año.
La solicitud atendida por el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, servirá para elevar el muro en los tramos en las ciudades de Arizona, cerca de la localidad de Yuma; California, a la altura de El Centro y de San Diego; y Texas, en la zona de Laredo y de El Paso.
La carta no incluye la palabra “muro”, como es típico en los anuncios de este tipo del Departamento de Defensa, pero detalla cómo se utilizarán los fondos para nuevos proyectos de cercado en varios lugares fronterizos.
El anuncio cumple una promesa hecha por el presidente Donald Trump en febrero de aprovechar los fondos de construcción militar para construir su muro fronterizo. La medida fue criticada por el Congreso cuando se anunció por primera vez y solo recientemente completó una revisión legal del Pentágono.
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Tras conocerse la información Chuck Schumer, el demócrata líder de la minoría del Senado, el calificó la decisión como “una bofetada” a los miembros del ejército.
“Esta decisión dañará proyectos importantes ya planeados, destinados a apoyar a los miembros de nuestro ejército en instalaciones militares en Nueva York, Estados Unidos y en todo el mundo”, escribió Schumer en un comunicado.
“Es una bofetada a los miembros de las Fuerzas Armadas que sirven a nuestro país que el presidente Trump esté dispuesto a canibalizar los fondos militares ya asignados para impulsar su propio ego y un muro que él prometió que sería pagado por México”.
Schumer dijo que la pérdida de fondos retrasaría proyectos críticos de construcción en instalaciones militares en Nueva York, como la Academia Militar de Estados Unidos en West Point.
El senador Jack Reed, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Servicios Armados del Senado, también condenó la medida.
“Los esfuerzos sobre inmigración del presidente Trump han fallado desde el primer día. Hoy, dejó en claro que está dispuesto a tomar fondos de nuestros soldados y víctimas de desastres y transferirlos para tratar de proteger su flanco político derecho. Y en última instancia, eso podría poner en riesgo a los estadounidenses”, dijo en un comunicado.