Pensilvania podría dar una sorpresa y desplazar del primer lugar a California y este otoño para ser declarado oficialmente como el estado mayor productor de alimentos orgánicos en Estados Unidos.
Las dudas serán despejadas luego que el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas (NASS por sus siglas en inglés) revele los datos de la próxima encuesta de seguimiento orgánico para los estados, y los datos de 2019 estarán disponibles en el otoño de 2020.
La fortaleza en términos de la certificación orgánica de las cosechas de Pensilvania, tiene mucho que agradecer a la aprobación en diciembre de la Ley Agrícola de Pensilvania de 2018, que se concentra en varias áreas consideradas como una prioridad para el estado.
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Entre algunas fortalezas podemos citar que el novedoso estamento legal apoya que Pensilvania se convierta en el principal estado orgánico de la nación y proporciona fondos adicionales para la Iniciativa Orgánica Preferida de PA, el Programa Homegrown by Heroes para veteranos agricultores y el Programa de Subvenciones Especiales para Cultivos en Bloque del estado, así como mejorar la infraestructura agrícola en las áreas urbanas.
La misma ley de manera puntual hace presencia en la industria láctea del estado, con asistencia para la transición orgánica, procesamiento de valor agregado y subsidios de comercialización.
Un camino exitoso
El segundo estado de la Unión tiene los números para convertirse en potencia productiva de alimentos orgánicos.
La tendencia en Pensilvania es a fomentar un sector agroindustrial que produzca bajo un conjunto de procedimientos denominados “ecológicos”.
Los datos de 2018 ya colocaban al estado de “la virtud, la libertad y la independencia”, como acreedor de la medalla de plata en materia orgánica, pero su ascenso ha sido meteórico.
El número de fincas orgánicas certificadas en el estado aumentó en 82 por ciento entre 2012 y 2017, comparado con 39 por ciento a nivel nacional.
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Las ventas de granjas orgánicas en Pensilvania aumentaron un 800 por ciento en sólo cinco años -de US$78,5 millones a US$707,6 millones- en comparación con el 133 por ciento de crecimiento a nivel nacional. Además, el número de granjas en el estado en transición a la agricultura orgánica ha aumentado en un 17 por ciento.
De acuerdo a la visión del estado este crecimiento exponencial en la agricultura orgánica no sólo tiene implicaciones positivas para reducir el uso de insumos no agrícolas como pesticidas y fertilizantes sintéticos y agricultura sostenible, sino que también tiene efectos económicos para las granjas.
El setenta y dos por ciento de los agricultores orgánicos en el estado informan que la agricultura es su principal fuente de ingresos, en contraste con el 46 por ciento de los agricultores de Pensilvania en general. Estos rangos sin duda se verán superados en los datos que se mostrarán en 2020.
El plan del Gobernador Tom Wolf apunta a “invertir más de 24 millones de dólares en la industria agrícola de Pensilvania para aumentar las oportunidades y los recursos, eliminar las barreras de entrada y cultivar a las futuras generaciones de líderes dentro de la agricultura”.