El pasado 10 de febrero, Drayke Hardman falleció tras haber intentado suicidarse. El pequeño y su familia vivían en el condado de Tooele, Utah. Sufría acoso o bullying por parte de un compañero. Según explicaron sus padres en sus redes sociales, Drayke llevaba sufriendo esta situación desde hacía un año y no pudo soportarlo más. Andy y Samie Hardman explicaron que ya habían estado hablando sobre este acoso con la escuela.
Un día, Drayke llegó a casa con un ojo morado. Contó a una de sus hermanas que había peleado con el acosador. Luego, dejó de ir a clases extraescolares de baloncesto, deporte que amaba. Días después decidió acabar con su vida. Sus dos hermanas mayores lo encontraron, fue llevado a urgencias, pero al día siguiente falleció.
Sus padres no dudaron compartir la historia en redes sociales, lo que abrió nuevamente el debate del bullying en los espacios educativos. Además, crearon el hashtag #doitforDrayke (hazlo por Drayke), que lleva más de dos mil publicaciones solo en Instagram. Andy y Samie Hardman pidieron a las personas ser amables con los demás, pues nunca se sabe cómo el acoso puede afectar a los individuos y familias.
https://www.instagram.com/p/CaBZjVxOoip/?utm_source=ig_embed&ig_rid=0ca9f003-2b07-4508-81ce-1b918767af06
¿Cómo hablar sobre el bullying?
De acuerdo a stopbullying.gov, hablar sobre el acoso puede ser difícil para todos. Hay muchas maneras de plantear el tema del acoso y comenzar la conversación antes de que suceda o si le preocupa que pueda estar sucediendo.
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Los niños que experimentaron o fueron testigos de la intimidación pueden querer hablar de ello con sus padres, pero no saben cómo mencionarlo. Algunos niños pueden tener miedo de estar «en problemas» por lo que pasó, otros pueden sentir vergüenza. Un padre puede notar cambios en el comportamiento de su hijo y encontrar difícil hablar de ello de una manera que no haga que su hijo se sienta incómodo.
Según el Informe de indicadores de delincuencia y seguridad escolar, el 22 % de los estudiantes estadounidenses de 12 a 18 años informaron haber sido acosados en la escuela en 2019. Los niños pueden tener miedo de hablar sobre el acoso escolar con su familia. Los padres crean confianza con los niños iniciando conversaciones abiertas y honestas. Estos diálogos brindan oportunidades para comunicar valores y aprender sobre la experiencia. Hacen que sea más fácil para sus hijos recurrir a usted si son testigos o experimentan acoso. No espere a que suceda el acoso para hablar de ello.
No hay una lista de cosas correctas que se deben hacer, las conversaciones suceden a medida que se trabaja en la confianza, y esto no pasa de la noche a la mañana. Iniciar conversaciones en el automóvil, antes o después de la tarea, durante la cena o el desayuno, o cuando hagan algo juntos. Puede mantenerse como algo casual y curioso. Hablar sobre el horario diario. Escuchar. Demostrar que se confía en ellos. Se pueden intentar hacer preguntas abiertas sobre su día o actividades, por ejemplo:
- ¿Qué es lo más gracioso que pasó hoy?
- ¿Qué fue lo mejor y lo peor que te pasó hoy?
- ¿Qué cosa nueva aprendiste sobre un amigo u otro estudiante esta semana?
- ¿Qué cambiarías de hoy?