El Papa Francisco denunció que en nuestros días “mujeres y niños son particularmente vulnerados, violentados y expuestos a toda forma de explotación, esclavitud, violencia y abuso”. El prelado hizo la afirmación durante su primer discurso en Tailandia, una de las mecas del turismo sexual.
Francisco que llegó el martes a Bangkok, pero que comenzó su agenda oficial este jueves 21 de noviembre con la visita a la sede del Gobierno, quiso reconocer también “los esfuerzos” de las autoridades tailandesas “para extirpar ese flagelo, así como a todas aquellas personas y organizaciones que trabajan incansablemente para erradicar este mal y ofrecer un camino de dignidad”.
El pontífice argentino no nombró específicamente la explotación sexual de mujeres y niños, sobre todo por parte de turistas en ese país, un negocio que aunque se ha reducido mucho en los últimos años supone cerca del 2% ó 3% del PIB, según varios informes.
Algunas ONG que trabajan en el país indican que más de 60 mil niños son explotados sexualmente en Tailandia cada año y cerca de 300 mil mujeres han caído también en la trata en un país donde paradójicamente la prostitución está prohibida. Se trata sobre todo de mujeres y niños procedentes de Camboya, Vietnam y Laos.
Te puede interesar:El Papa Francisco pide brindar “atención particular a los extranjeros”
Ante las autoridades del país y tras haberse entrevistado con el primer ministro, el general Prayuth Chan-ochoa, el Papa también se refirió al fenómeno de la migración que “por las condiciones en que esta se desarrolla representa uno de los principales problemas morales que enfrenta nuestra generación”, acotó.
“La crisis migratoria no puede ser ignorada, la propia Tailandia conocida por la acogida que ha brindado a los migrantes y refugiados, ha enfrentado esta crisis debido a la trágica fuga de países vecinos”, dijo Francisco.
Más tarde el Papa visitó el templo conocido como Wat Pho en Bangkok para encontrarse con el patriarca supremo de los budistas tailandeses y donde abogó para que las religiones sean faros de esperanza y fraternidad.
En el segundo acto de su visita a Tailandia, a donde llegó el miércoles 20 de noviembre, Francisco entró en el impresionante templo budista construido en 1860 y pudo saludar al patriarca Somdej Phra Maha Muneewong, de 92 años, a quien ya había conocido durante una visita en el Vaticano, en un nuevo paso del diálogo con representantes de esta confesión.
Como los monjes, el Papa y toda la delegación se quitaron los zapatos para entrar en el templo y luego en la sala principal decorada con grandes centros de rosas se escucharon los discursos.