El estado de Florida considera al oso negro como una especie en peligro de extinción y por ello la muerte de cualquier plantígrado genera cada vez mayor controversia.
Los encuentros con osos son cada día más frecuentes debido a que el hábitat de estos animales se reduce y la temporada de apareamiento los vuelve más activos. La pasada semana un oso de 1.82 metros y 130 kilos de peso tuvo que ser abatido por agentes de la oficina del alguacil de Palm Beach.
Dijeron que no tuvieron más remedio, pero la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC) discrepa de esta versión. Todo comenzó cuando los integrantes de una familia de Royal Beach se vieron amenazados por el fornido animal que merodeaba por el tranquilo vecindario.
Los funcionarios alegan además que aguardaron por un trampero de la FWC que nunca llegó. Los usuarios de las redes sociales también se pronunciaron. Algunos internautas apoyaron la acción y otros deploraron la muerte del oso.
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De acuerdo con un comunicado de prensa de la Oficina del Sheriff de Palm Beach (PBSO), una mujer denunció que un oso deambulaba por el porche de su casa, donde sus niños juegan de manera habitual. “El oso miró en su dirección, lo que la hizo temer por su vida y la de su familia”, refirió la PBSO.
After several hours trying to contain a bear in Royal Palm Beach from roaming in a residential neighborhood or walking into traffic, we were sadly faced with the incredibly difficult decision to discharge our firearm, which killed the 6’ foot/300lbs bear. https://t.co/AM2UFLTBXP pic.twitter.com/R2YKdgGX7v
— PBSO (@PBCountySheriff) June 20, 2022
Luego se suscitó una cadena de acontecimientos que derivaron en la muerte del oso. Mientras los agentes monitoreaban los movimientos del animal, observaron que se subió a un árbol. Indicaron que después comenzó a descender mientras los agentes de la FWC que llegaron al lugar empezaron a gritar y golpear objetos para asustarlo.
El trágico final
En un momento dado el oso se les perdió de vista y tuvieron que usar un dron para localizarlo. Al avistarlo de nuevo, el animal intentó descender de otro árbol por lo que dispararon sus escopetas para poner fin a la vida del mamífero.
“Cabe señalar que el oso no tenía ningún lugar para vagar con seguridad. La ubicación del incidente y el área circundante son vecindarios residenciales y, por temor a que el oso deambulara por las comunidades y/o impidiera el flujo de tráfico en las carreteras adyacentes, PBSO se enfrentó a tomar la decisión de disparar sus escopetas para golpear y matar al oso”, señaló el comunicado de la autoridad policial.
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Sin embargo, voceros de la FWC señalaron a medios locales que era mejor dejar que el oso abandonara el área y que no había ningún trampero involucrado.
“Los osos que no representan una amenaza inmediata para las personas, tienen la oportunidad de irse por su cuenta. Por lo general, estos animales encuentran un hábitat más adecuado sin intervención. En los casos en los que puede ser difícil llegar a un hábitat adecuado, la política de FWC permite intentar un esfuerzo de captura. En este caso, no estábamos esperando a un trampero, ya que el personal de FWC determinó que el mejor enfoque era dejar que el oso abandonara el área por su cuenta”, señaló un portavoz de la agencia a través de un correo electrónico.