Observadores europeos pertenecientes a la OSCE señalaron al presidente Donald Trump ante lo que consideran un “abuso de poder”. La acusación tiene que ver con su posición frente al proceso electoral, debido a sus declaraciones “perturbadoras”.
Desde Berlín, Alemania, se fechó una nota en la que se expuso la postura de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El organismo multilateral, al que pertenece EEUU, criticó lo que consideró una actitud antidemocrática de Donald Trump.
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Representantes del viejo continente creen que el pedido de interrupción del recuento de votos antes del fin del proceso está mal. Su sola invocación materializa en Donald Trump un “flagrante abuso de poder”.
Observadores europeos en EEUU
Michael Georg Link, coordinador de la misión de observación internacional, en una entrevista en el Stuttgarter Zeitung sentó la posición.
“Lo que es verdaderamente perturbador, es que el jefe de Estado norteamericano haya pedido el fin del recuento desde la Casa Blanca. Es decir, con todos los símbolos del poder a su alrededor, debido a su supuesta victoria. Fue un flagrante abuso de poder”.
El cuestionamiento del diputado alemán fue reseñado por la AFP. En la nota se enfatizó que las “acusaciones de manipulación de Trump no tienen fundamento”. Esta también es una visión del legislador teutón.
Según los observadores europeos el mandatario acusa a los demócratas de “robar” las elecciones por depositar sufragios después del fin de las votaciones.
“Nuestros colegas están en el lugar y pueden confirmar que los observadores electorales de los diferentes campos políticos fueron admitidos y que el voto por correo sigue contabilizándose correctamente”, dijo Link.
Según el diputado hay “un tratamiento extraordinariamente profesional del flujo de voto por correo”.
Traerá consecuencias
La OSCE teme las consecuencias a largo plazo en la opinión pública estadounidense. La incertidumbre y las dudas han impregnado este proceso electoral. Además alerta sobre un riesgo de radicalización.
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La OSCE, formada por 57 países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Turquía y todos los Estados europeos. Es uno de los pocos foros de diálogo entre Occidente y los expaíses soviéticos. Realiza misiones internacionales de observación de procesos electorales. Ha estado a cargo de una misión sobre el conflicto en Ucrania.