El británico Michael Houghton y los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles M. Rice fueron los galardonados este año con el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento del virus de la hepatitis C.
La Asamblea del Nobel del Instituto Karolinska destacó que los tres virólogos «han hecho una contribución decisiva a la lucha contra la hepatitis de transmisión sanguínea, un importante problema de salud global que causa cirrosis y cáncer de hígado en personas de todo el mundo».
A finales de los años 70, Harvey Alter identificó que durante las transfusiones tenía lugar un contagio hepático misterioso, y no era ni hepatitis A ni hepatitis B, señaló el jurado.
Años más tarde, en 1989, se le atribuyó a Michael Houghton y su equipo el descubrimiento de la secuencia genética del virus.
En cuanto a Charles Rice, de 68 años, analizó durante años la manera en la que el virus se replicaba, en investigaciones que condujeron al surgimiento de un nuevo tratamiento revolucionario a principios de los años 2010, el sofosbuvir.
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Con sus estudios, los científicos habían ayudado a salvar millones de vidas aislando e identificando el virus, permitiendo que los suministros de sangre en todo el mundo fueran examinados para detectar la hepatitis C y evitando la transmisión de la enfermedad.
Otros científicos fueron mencionados por sus trabajos sobre la hepatitis C, como el alemán Ralf Bartenschlager por la investigación fundamental, y el estadounidense Michael Sofia por el desarrollo del sofosbuvir.
Con este 111º Nobel de Medicina, son ya 222 los laureados con el premio de «fisiología o de medicina» desde su creación, entre los que figuran 12 mujeres.
La hepatitis es una enfermedad prehistórica y algunos la consideran una de las principales plagas que han afectado a la salud humana a lo largo de los tiempos, especialmente porque inflama al hígado.
Al menos 1,4 millones de personas mueren cada año por esta causa, según la Organización Mundial de la Salud.