Los tres últimos meses han sido los más cálidos jamás registrados, con febrero con el de más altas temperaturas en 2024 y con el que ya suma nueve récords mensuales consecutivos debido al cambio climático y El Niño, según datos publicados este jueves 7 de marzo por el Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus, el componente de vigilancia del clima del programa espacial europeo.
La serie de datos del boletín mensual de este observatorio son impactantes. La temperatura promedio del aire en superficie en febrero fue de 13,54 ºC a nivel global, lo que se traduce en 1,77° C por encima de un febrero promedio en el período 1850-1900.
Esto también representa 0,12° C más que el récord anterior para un mes de febrero, establecido en 2016, indica el boletín mensual de la institución.
Incluso, durante cuatro días, del 8 al 11 de febrero, las temperaturas estuvieron más de 2° C por encima de la era preindustrial, aunque esto no significa necesariamente que se haya alcanzado el límite superior del Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático que propuso un objetivo ideal de +1,5º C.
Según Carlo Buontempo, director de Copernicus, “el clima responde a las concentraciones reales de gases de efecto invernadero en la atmósfera, por lo que, a menos que logremos estabilizarlas, inevitablemente nos enfrentaremos a nuevos récords de temperatura global y sus consecuencias”, advirtió.
El promedio debería ser superior a esa cifra durante varias décadas. En los últimos 12 meses, el mundo experimentó una temperatura 1,56° C más alta que el promedio a lo largo del siglo XIX.
Febrero de 2024 representa así el noveno récord mensual consecutivo batido, según los registros realizados por Copernicus.
El invierno meteorológico en el hemisferio norte, que va de diciembre a febrero, es por lo tanto el más cálido registrado en el mundo, siguiendo a los tres meses de otoño y verano más cálidos.
Se han registrado temperaturas notables en todo el planeta, desde América del Norte hasta Vietnam pasando por Marruecos y la mayor parte de Suramérica.
El continente europeo experimentó un invierno excepcionalmente cálido, con temperaturas 3,30° C por encima de lo normal (1991-2020), y con una situación aún más anormal en Europa central y oriental.
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Estos fenómenos cíclicos se suman a una tendencia a largo plazo que no muestra signos de desaceleración, que es el calentamiento debido a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Si no se estabilizan estas concentraciones, “inevitablemente enfrentaremos otros récords de temperatura mundiales y sus consecuencias”, enfatizó Carlo Buontempo.