Una de las atracciones más populares en Miami Beach son las fiestas nocturnas en yates chárter, pero también constituyen una de las situaciones más molestas para quienes residen cerca de la costa y se han quejado por el ruido, la música y las luces de estas embarcaciones. Ellos reclamaron su derecho a la tranquilidad y el descanso y fueron escuchados.
Ante esta situación, la Comisión de la Ciudad de Miami Beach decidió aplicar restricciones a las operaciones de los navíos chárter que operan en la Marina de esta urbe y otras instalaciones marinas públicas de la ciudad y que ofrecen servicios de alquiler por horas o días a grupos de personas que buscan el disfrute del mar y la fiesta.
Ahora las citadas embarcaciones no podrán navegar entre las 9:00 de la noche y las 7:00 de la mañana y tampoco atracar en los muelles públicos o privados durante ese horario.
La medida excluye a las naves no comerciales, barcos de pesca comercial, barcos de buceo comercial y recorridos educativos o de la naturaleza que estén debidamente registrados.
La normativa fue aprobada por los miembros de la Comisión y contó con el apoyo del alcalde Dan Gelber y el respaldo de varias asociaciones de vecinos. El regidor manifestó que el propósito de la medida es proteger la calidad de vida de los residentes y preservar el carácter residencial de las zonas costeras.
“No creo que tengamos que ser una ciudad de fiesta de toda la noche. Ofrecemos mucho más”, acotó el alcalde Gelber en declaraciones a medios locales.
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La nueva ordenanza entró en vigor el 8 de mayo y tendrá una duración inicial de seis meses, durante los cuales se evaluará su impacto y efectividad.
Los propietarios y operadores de los yates chárter ha manifestado su desacuerdo con la ordenanza y argumentan que afecta de forma negativa su negocio y a la economía local. Algunos aseguran que ya cumplen con las normas de seguridad y ruido establecidas por las autoridades marítimas y alegan que no son responsables de los comportamientos incívicos de algunos clientes.
La ciudad anuncio que hará cumplir las citadas restricciones con el apoyo de los organismos de seguridad locales e impondrá multas y sanciones a los infractores.
Los trasgresores por primera vez deberán pagar una multa de 500 dólares y si son reincidentes en un período de seis meses, serán sancionados con 1.000 dólares. Si el comportamiento continúa durante los siguientes seis meses, los infractores tendrán que pagar 2.000 dólares y en los periodos del año en los que hay abundantes turistas, si un operador infringe las reglas podría perder su permiso para operar.
“Es una ley importante para proteger la calidad de vida de los residentes y asegurarnos que estas operaciones sean responsables, que controlen la música, las drogas y el alcohol, porque no queremos que nuestras vías marinas estén de una manera que no sea segura”, dijo Alex Fernández, comisionado de Miami Beach.