El Museo de la Ciencia de Miami (Phillip and Patricia Frost Museum of Science) es uno de los más cautivantes del mundo porque incentiva la curiosidad de los visitantes con sus exposiciones interactivas.
En sus instalaciones de 23.000 metros cuadrados, uno de los puntos más llamativos del museo es su enorme acuario de dos millones de litros de agua salada en el que se pueden apreciar diversas especies marinas. Sin embargo, allí en los últimos días se han reportado unas extrañas muertes que mantienen preocupados a los científicos.
Varios tiburones y mantarrayas fallecieron en una semana, informó el diario local Miami Herald. Fue a mediados de marzo cuando un número desconocido de falsos sardineros (un tipo de pez de cebo) empezó a morir en las peceras del museo mejor conocido como el Frost Science Museum de Miami, dijo la veterinaria del Frost Science, Kristen M. Dubé.
Y antes que nadie se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, también murieron algunas mantarrayas, un tiburón martillo y un tiburón sedoso.
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La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que los tiburones martillo están en peligro crítico de extinción. La mayoría de las mantarrayas también están en peligro y los tiburones sedosos son vulnerables, según el organismo internacional.
Dubé calificó el fenómeno como una “tragedia absoluta”. “Esto se ha cobrado un precio enorme para nuestro personal”, comentó.
El museo alberga diferentes especies de peces, mantarrayas diablo y tiburones martillo se desplazan por aguas abiertas. El equipo de Dubé trabaja con expertos en calidad del agua, nutrición y salud animal de todo el país (incluso de la Universidad de la Florida y la Universidad de Miami) para averiguar qué mató a esos animales.
Descartan causas probables
Según el Nuevo Herald, los científicos han realizado necropsias y pruebas de laboratorio, pero hasta ahora los resultados no han sido concluyentes. Además, se han descartado la mayoría de las causas probables.
“No hemos visto ningún signo de enfermedad contagiosa. “Tampoco hemos visto ninguna señal de una bacteria o un virus”, expresó la veterinaria Dubé.
Asimismo, la experta señaló que analizan numerosas muestras de agua, tejidos y sangre para averiguar qué mató a los animales. Este proceso puede llevar varias semanas para obtener los primeros resultados.
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En ese sentido, el equipo considera una multitud de causas potenciales, desde toxinas hasta factores externos que podrían provocar estrés a los animales. “Es como buscar una aguja en un pajar”, dijo.
El resto de los animales del emblemático museo parecen estar a salvo y las instalaciones permanecen abiertas al público. “Mientras tanto, estamos vigilando a los animales muy de cerca, asegurándonos de que mantengan su apetito y observando cualquier cambio de comportamiento. Si vemos algo preocupante, podemos intervenir y tratarlos si es necesario”, explicó.
Pero no se trata de la primera vez que mueren tiburones bajo la custodia del museo que abrió sus puertas por primera vez en 2017. El año pasado, dos jóvenes tiburones martillo y un tiburón sedoso adulto murieron entre los meses de septiembre y diciembre, informó el New Times en enero. La causa habría sido un hongo.