Cada 15 de septiembre en la noche los mexicanos celebran su fiesta más importante del año. En un solo sentimiento los hijos de México festejan la independencia de la corona española, y lo hacen mediante la evocación de un histórico suceso ocurrido en 1810 en una diminuta población llamada Dolores, en la, entonces, intendencia de Guanajuato.
En ese sitio el sacerdote Miguel Hidalgo hizo repicar las campanas de su parroquia en un llamado para que la gente se congregara y oyera su llamado a la rebelión contra el gobierno de la Nueva España.
Ese hecho se convirtió en el histórico “Grito de Dolores” del cura Hidalgo, sinónimo de la independencia mexicana, que marcó el inicio de la lucha emancipadora de lo que años después se convertiría en México.
Sin embargo, a 214 años de ese suceso, todavía existen en los libros discrepancias sobre esa historia, y algunas han dado pie a la reproducción de mitos sobre qué paso en el famoso “Grito de Dolores” y cuáles fueron realmente las palabras del cura Hidalgo.
¿Qué fue exactamente lo que gritó el cura Hidalgo?
Un punto de discusión entre historiadores ha sido establecer qué fue lo que dijo Hidalgo en su “Grito de Dolores”.
Existen múltiples versiones fundadas en documentos escritos después de ese acontecimiento, ya que en ese momento preciso no hubo un registro documental de las palabras exactas dichas por Hidalgo ante el pueblo en Dolores.
A continuación varias versiones de la proclama del cura atribuidas a personajes de la época:
“¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!” (Obispo Manuel Abad y Queipo).
“¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!” (Fray Diego Bringas).
“¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la América y muera el mal gobierno!” (Lucas Alamán).
Pero, tras sus investigaciones, el historiador Carlos Herrejón, especialista en el movimiento independentista, descarta que Hidalgo se haya referido a la Virgen de Guadalupe o al rey Fernando VII en su grito ante la multitud.
El historiador cita al capitán independentista Juan Aldama, un testigo del “Grito de Dolores”, para indicar cuáles fueron las palabras que Hidalgo habría dicho esa madrugada:
“Hijos, ayúdenme a defender la patria. ¡Se acabó la opresión, se acabaron los tributos! El que me siga a caballo tendrá un peso. Y el que me siga a pie, cuatro reales”.
Según explica el catedrático, una parte de la confusión ocurre debido a que Hidalgo dio tres discursos ante distintos grupos de seguidores ese día. En el primero, previo al famoso “Grito”, fue cuando se refirió a la Virgen de Guadalupe.
¿Llevaba Hidalgo un estandarte de la virgen?
Con respecto a la iconografía del hecho, durante muchos años se han mostrado ilustraciones y murales en los que Hidalgo ha sido pintado portando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, la máxima figura católica de México desde el siglo XVI.
No obstante, el día del “Grito de Dolores” el cura no sacó a relucir su icónico estandarte mariano, sino que lo habría hecho durante las primeras horas de su marcha por la independencia.
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“A las pocas horas del Grito, cuando pasan por el santuario de Atotonilco, ahí sí el cura Hidalgo entra a la sacristía y toma un estandarte de la Virgen de Guadalupe”, refiere el historiador Herrejón en una entrevista con BBC Mundo.