Unos 2.000 migrantes hondureños que habían pernoctado a la intemperie en el parque central de la ciudad fronteriza de Tecún Umán en Guatemala, ingresaron la madrugada de este viernes a México.
Las estaciones fronterizas de ambas naciones estaban cerradas pero esto no fue impedimento para el grupo de caminantes que forzó los portones e ingresó al país mexicano. Las autoridades no impidieron su entrada.
Mientras tanto, otro grupo que constituía la menor parte, decidió esperar a que la estación migratoria mexicana abriera sus oficinas a fin de solicitar una visa humanitaria y registrar su ingreso a la nación.
Tras su ingreso la caravana empezó a caminar sobre la carretera en ruta hacia Tapachula.
La sede de Migración de México registró a cientos de migrantes el jueves, mediante la captación de huellas digitales y la colocación de brazaletes en las manos. También les informó que su trámite de visa humanitaria tomaría cinco días y que podían esperan en Guatemala o en cercanías de territorio mexicano a que ésta les fuera entregada.
Te puede interesar:Casi 400 migrantes fallecieron al intentar cruzar la frontera en 2018
Estas consideraciones contrastan con el trato de las autoridades hacia las anteriores caravanas de 2018 que fueron recibidas con policías y militares, retenes y gases lacrimógenos al intentar cruzar la frontera.
Las posibilidades de que esta nueva ola de migratoria pueda lograr su objetivo de cruzar la frontera México-EE.UU. son inciertas. Las caravanas previas se han visto reducidas a unos cuantos cientos de integrantes después enfrentar serias dificultades en su trayecto. Algunos optaron por regresar a su país de origen, mientras otros se han radicado en el país azteca.
A pesar de los estrictos controles activados por la postura migratoria del gobierno de Donald Trump, un grupo significativo de este desplazamiento ha intentado el ingreso ilegal a territorio estadounidense.
Por: José Espinoza