En Ciudad Juárez, estado de Chihuahua en la frontera norte de México, los migrantes saturan las calles a pesar de la disminución de la migración que ha prometido el presidente Andrés López Obrador tras su reunión el pasado 27 de diciembre con una delegación de altos funcionarios de Estados Unidos.
Durante los último 15 días has sido constantes los grupos de cientos de migrantes que caminan a todas horas con niños en los hombros o de la mano mientras se dirigen a la puerta 36 del muro fronterizo entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, que durante casi todo el 2023 ha sido el epicentro de la migración entre México y Estados Unidos.
“Es complicado porque no nos dejan pasar, y uno sufre bastantes cosas en el camino”, dijo un inmigrante venezolano que se identificó como Dariel Sánchez, en declaración a agencias internacionales de noticias que se encuentran en la zona. Él dijo que permaneció más de cinco días varado junto con casi mil migrantes en la localidad de Ceballos, ubicada en el límite entre los norteños estados de Durango y Chihuahua.
Junto al fronterizo Río Bravo, Dariel dijo que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) de México los detuvieron y los bajaron del tren en pleno desierto. Debieron soportar temperaturas cercanas a los cero grados, y viajan con niños.
“Nos tocó dormir en la calle, en el hielo. No sé por qué no nos dejan pasar si no venimos haciendo daño ni nada, solo queremos pasar para pedir algún permiso o un asilo”, indicó.
El Diario de Juárez reportó este 30 de diciembre grupos de migrantes viajando a bordo del tren de carga de la empresa Ferromex de Grupo México Transportes, conocido como “La Bestia”, cerca del poblado de Sueco, que se dirigen hacia la frontera con Estados Unidos.
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“Ante las bajas temperaturas registradas la mañana de este sábado en todo el estado, algunos grupos de personas optaron por descender de la máquina para encender fogatas”, reseña la publicación tras revelar que diariamente se ha documentado la llegada de migrantes por este medio de transporte a Ciudad Juárez, única opción de transporte ante la imposibilidad (por costos, burocracia o discriminación) para viajar en un autobús de pasajeros o por avión.
El diario local La Verdad por su lado informó de cientos de migrantes aglomerados en un improvisado campamento al otro lado del Río Bravo, al pie del muro fronterizo de metal, a la espera de entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos a la altura de la puerta 36.