Evidencias circunstanciales hacen creer a expertos en conducta humana, criminólogos e investigadores policiales que la “masacre de Texas” está embutida en una dinámica de odio racial que detonó la sanguinaria balacera.
El tiroteo, ocurrido este sábado en un centro comercial de El Paso dejó al menos 20 muertos y 26 heridos, y volvió a sacudir a Estados Unidos al convertirse en el acontecimiento de estas características número 249 en lo que va de 2019.
Desde luego en año electoral “es un facilismo” concluir que el comportamiento del presidente Trump frente a los “supremacistas” y sus silencios cara a los cánticos xenófobos en Carolina del Norte, lo hacen en parte responsable y “cultor” de esta última matanza en el corazón blanco de los Estados Unidos.
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Sin embargo de acuerdo a la opinión de Noam Chomsky, el racismo en los Estados Unidos “continúa vigente” y posee un Estado que desfavorece en términos de justicia, acceso a la educación, propiedad de los medios de producción y ejercicio democrático a quien no sea de la raza blanca.
De acuerdo a John Bash, fiscal federal para el distrito oeste de Texas, en una rueda de prensa en El Paso, horas después del cruento tiroteo, las autoridades están “tratando esto como un caso de terrorismo doméstico, y vamos a hacer lo que hacemos a los terroristas en este país, que es ofrecer una justicia rápida y segura”, dijo uno de los garantes de la vindicta pública.
Hoy 20 personas y un número importante de heridos son un pívot necesario para la reflexión de la nación. ¿Son los EE.UU. una nación racista? De acuerdo a datos tomados del vigesimotercer Censo de los Estados Unidos de América, 72% de la población es clasificada como White Anglo-Saxon Protestant, 13% afroamericanos, 16.4 % latinoamericanos y partes muy menudas están repartidas entre asiáticos y nativos americanos.
Entonces, de dónde nace la sensación que al parecer tiene Patrick Crusius, el presunto autor de la masacre en El Paso, quien habría dejado un “manifiesto antiinmigrante”, quien escribió su ansiedad ante “los peligros de la inmigración en masa” y advirtió que a la larga “los hispanos se apoderarán de la economía y el gobierno”.
El manifiesto fue publicado en la plataforma 8chan, un polémico sitio web de tableros de imágenes con base en Estados Unidos compuesto por cajas creadas por los usuarios.
La mirada de los demócratas
La nación tiene en ciernes una elección presidencial. En ella Donald Trump se juega la reelección, y puede ser termómetro para medir la eficacia del discurso antiinmigrante.
Varios aspirantes demócratas a la Casa Blanca en 2020 apuntaron al “racismo” y su condescendencia con el “supremacismo blanco” del presidente estadounidense, Donald Trump, como uno de las causas detrás del tiroteo de El Paso de este sábado, que dejó 20 muertos y 26 heridos.
Beto O’Rourke, excongresista por Texas afirmó tras visitar a heridos en hospitales en El Paso, que el Jefe de Estado “es un racista y aviva el racismo en este país, y no solo ofende nuestra sensibilidad, fundamentalmente cambia el carácter de este país y lleva a la violencia”.
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O’Rourke, nacido precisamente en la ciudad, remarcó que en EE.UU. ha habido un aumento en los “delitos de odio en los tres años de una Administración donde tienes un presidente que ha llamado ‘violadores’ y ‘criminales’, aunque los inmigrantes mexicanos cometen crímenes a una tasa mucho más baja que los nacidos en el país”.
“El presidente ha intentado que nos sintamos asustados por ellos”, afirmó en declaraciones a los periodistas, después de cancelar sus actos de campaña en Nevada para regresar a El Paso.
De Indiana y por CNN
Pete Buttigieg, quien es también un aspirante a la candidatura presidencial demócrata y alcalde de South Bend (Indiana) , hizo frente contra la retórica que de acuerdo a él emana desde la Casa Blanca.
“El nacionalismo blanco es maléfico, y está inspirando a gente a cometer asesinatos, y está siendo condonado a los más altos niveles del Gobierno estadounidense”, afirmó en una entrevista en la cadena CNN.
Poco después, precisó que “el presidente de EE.UU. está condonando el nacionalismo blanco” y aseguró que tiene “una responsabilidad para cortar el brote de raíz”.
Bernie Sanders el independiente
El candidato presidencial que nación de las filas del partido Unión y Libertad y quien actualmente es un independiente corriendo en las pistas demócratas, evitó culpar a Trump pero aseguró que “en todo el mundo se están preguntando qué ocurre en EEUU (…) para ver una vez tras otras horrores indescriptibles”, por lo que pidió una “legislación sensata sobre control de armas”.
Trump habló
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó el domingo que “el odio no tiene cabida” en el país, a la vez que citó problemas de “salud mental” al comentar los tiroteos de Ohio y Texas, que dejaron 29 muertos y decenas de heridos el fin de semana.
Antes de embarcar en el avión presidencial rumbo a Washington tras pasar el fin de semana en su club de golf de Bedminster, Nueva Jersey, Trump dijo a los periodistas que “el odio no tiene cabida en nuestro país”.
En unas breves declaraciones acompañadas de su esposa, Melania, el mandatario indicó que los tiroteos eran parte “de un problema de salud mental”.
Acerca del supuesto manifiesto antiinmigrante publicado por el sospechoso de la masacre de El Paso, Texas, el Jefe de Estado prefirió no responder preguntas.
Las autoridades federales ya han anunciado que tratarán el tiroteo en Texas como un acto de “terrorismo doméstico” mientras que aún están investigando la motivación del ocurrido en Ohio.
En ambos casos, los sospechosos son hombre jóvenes de raza blanca.
Patrick Crusius, de 21 años, se encuentra detenido en la cárcel del condado de El Paso; mientras que Connor Betts fue abatido durante el tiroteo en Dayton, Ohio, por las fuerzas de seguridad.