Los marines comenzaron el viernes a patrullar las calles de Los Ángeles como parte del despliegue ordenado por el presidente Donald Trump ante las protestas contra las redadas migratorias, una medida que sus opositores consideran como una muestra de su creciente autoritarismo.
Uniformados con rifles caminaban alrededor de un edificio federal, situado a más de 18 kilómetros de distancia del epicentro de las protestas.
“Los dólares de los contribuyentes podrían utilizarse para otras cosas”, dijo RonNell Weaver. “¿Realmente esto es necesario?”.
Periodistas de AFP presenciaron la detención temporal de un hombre por parte de marines frente a un edificio federal, al que luego entregaron a las autoridades.
El incidente es extremadamente raro al involucrar tropas federales en el arresto de un civil estadounidense.
El primer grupo de militares en activo con presencia en Los Ángeles, forma parte de un contingente de 700 marines y 4.000 soldados de la Guardia Nacional que Trump ordenó desplegar para proteger los edificios federales. La policía local se encarga de vigilar las protestas.
La decisión del presidente de enviar militares a las calles ha desatado una intensa guerra legal sobre la potestad de Trump para tomar esa medida.
Varias ciudades del país se preparan para las protestas convocadas para el sábado, cuando el republicano tiene previsto asistir a un inusual desfile militar en Washington.
Con aviones y tanques, la ceremonia se realiza para celebrar el 250º aniversario de la creación de las fuerzas armadas estadounidenses, pero también ocurrirá el día en que Trump cumple 79 años.
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“Buena causa”
En respuesta, surgió un movimiento civil que promete convocar protestas en más de 2.000 puntos en todo el país, incluyendo una gran manifestación en Los Ángeles, que los organizadores dicen que contará con un inmenso “globo de Trump usando un pañal”.
El sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, dijo que aunque la manifestación “es para una buena causa” no quieren “agitadores violentos destruyendo propiedades o cometiendo actos de violencia”, como ocurrió la semana pasada en medio de protestas mayoritariamente pacíficas.
De su lado, la alcaldesa Karen Bass dijo que se espera que las manifestaciones sean multitudinarias en Los Ángeles.
“Hacemos un llamado a las personas durante el fin de semana para que se manifiesten pacíficamente, para que ejerzan su derecho de la primera enmienda”, dijo la alcaldesa en conferencia de prensa, pero pidió no caer en situaciones que luego sirvan “como pretexto para desplegar tropas en nuestra ciudad”.
El pasado fin de semana, Trump envió a Los Ángeles miles de miembros de la Guardia Nacional de California para ayudar en el control de las redadas antinmigrantes en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.
En una demostración de poder, el republicano hizo oídos sordos ante las objeciones del gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, por la militarización de las calles de la ciudad.
Es la primera vez desde 1965 que un presidente estadounidense ordena el despliegue de la Guardia Nacional sin el consentimiento de un gobernador estatal, por lo general al mando de esta unidad de reserva.
El juez de distrito Charles Breyer ordenó el jueves devolver el control de la Guardia Nacional a Newsom, al calificar de “ilegal” el despliegue de esas tropas de la reserva y consideró que las protestas estaban “muy” lejos de ser una “rebelión”, como afirmó Trump.
Poco después, una corte de apelaciones suspendió la decisión de Breyer hasta una nueva audiencia prevista para el martes con el fin de examinar el pedido del Departamento de Justicia, que dijo que el dictamen era “una intrusión en la autoridad constitucional del presidente como comandante en jefe”.
“Personas sin voz”
Los manifestantes en Los Ángeles han salido a la calle para protestar contra las políticas migratorias del presidente.
Casi la mitad de los 9,7 millones de habitantes del condado de Los Ángeles se consideran latinos, mientras que un 33% nació en el extranjero, según el censo del gobierno.
“¿Qué me trae aquí? Las personas que fueron llevadas, personas que no tienen voz. Nosotros somos la voz de esas personas”, dijo Jasmine sosteniendo un cartel que pedía “abolir el ICE”, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.
Trump no ha dado marcha atrás y reiteró el viernes que “salvó” a Los Ángeles y que “si no hubiera enviado a los militares”, la ciudad “estaría ardiendo en llamas”.
El enojo por las redadas del gobierno ha desatado protestas en otras ciudades, incluidas San Francisco, Chicago y San Antonio.
En Georgia, un ciudadano mexicano murió mientras se hallaba bajo custodia en un centro de detención del ICE, por causas que aún no están confirmadas, informó el jueves la cancillería de México.
Por: AFP