María Quiñones Sánchez es la única concejal latina de la ciudad de Filadelfia, es una líder probada que ha dedicado su vida a abordar algunos de los problemas más arraigados de Filadelfia, desde la pobreza endémica hasta el desarrollo comunitario, desde la educación hasta la vivienda asequible.
Ella sabe y conoce los desafíos que enfrentan las familias trabajadoras, las comunidades de inmigrantes y las personas de color en Filadelfia. Ella misma llegó a Estados Unidos desde Puerto Rico con seis meses de edad con su madre y dos hermanos mayores para reencontrarse con su padre.
Cuando era pequeña, María, su madre y sus hermanos vivían en viviendas públicas en Spring Garden Street. Después de años trabajando duro en las fábricas de Filadelfia, su madre finalmente reunió suficiente dinero para que la familia comprara su primera casa en Hunting Park, a pesar de una tasa de interés increíblemente alta que servía como un obstáculo para las familias de bajos ingresos que tenían una vivienda propia.
Así se fue desarrollando el carácter y la entrega de María Quiñones Sánchez, una mujer que sabe lo que cuestan las cosas y que conoce de constancia, perseverancia y lucha. En ese sentido la concejal del séptimo distrito anunció que le diagnosticaron cáncer de mama durante el verano. Lo reveló en un artículo co-editado con el Philadelphia Inquirer.
«Estoy librando mi propia lucha contra el cáncer de mama» escribió la funcionaria. «Una que comenzó este verano después de recibir mi primera mamografía en siete años», relató.
A principios de octubre, mes además de la concientización del cáncer de mama, María asistió a la presentación del hito histórico de Gloria Casarez, uno de los íconos LGBTQ más importantes de Filadelfia, quien murió de cáncer de mama en 2014. «Mientras escuchaba al poeta y activista David Acosta hablar sobre su vida, me emocioné mucho. Cuando decidí asistir a la ceremonia, no estaba segura de cómo reaccionaría, ya que he estado viviendo con un secreto durante los últimos cuatro meses», explicó.
Solo su familia más cercana sabía la noticia, algo que no había mencionado ni siquiera a su equipo de trabajo. «Como muchos otros, había pospuesto mis exámenes debido al trabajo y la vida, y luego el COVID-19 me dio otra excusa para no ir al médico. Pero este año, le prometí a mi esposo que una vez que el proceso presupuestario del Concejo Municipal terminara en junio, programaría mis citas», dijo. Una decisión de la que se arrepintió por un momento, pues sabía que tenía un bulto en el seno, pero no prestó atención porque no tenía dolor. «Estaba tan enojado conmigo mismo por esperar tanto tiempo para que me revisaran el bulto».
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Ahora la concejal María Quiñones Sánchez contó que se sometió a una mastectomía, una reconstrucción mamaria y recibe quimioterapia y radiación.
«Mis médicos me dicen que, para febrero, toda esta experiencia puede estar en el espejo retrovisor. Me siento afortunado de que, aunque pospuse mi mamografía, el cáncer se detectó lo suficientemente temprano como para recibir tratamiento. Sé que este no es el caso de todos», esgrimió. Sintió valentía al escuchar tantas historias en el marco del día conta el cáncer de mama y sobre todo tuvo fuerzas para explicar públicamente al preguntarse «¿qué haría Gloria Cáceres?».