El corazón es el motor del ser humano. Su cuidado es vital para que el resto de la máquina funcione a la perfección, sino se mantiene, no hay historia que contar.
Las enfermedades del corazón siguen siendo una de las principales causas de muerte en Estados Unidos, pero también en el mundo. Este es un hecho que a menudo se percibe como inevitable. Y aunque ciertos factores de riesgo, como la genética no se pueden alterar, la historia no termina ahí. La verdadera narrativa del riesgo cardiovascular reside en lo que sí se puede cambiar.
Los expertos médicos están de acuerdo en que un enfoque proactivo es la estrategia más poderosa para la prevención. Esto significa que la edad o la historia familiar no dictan el destino final del corazón. Por el contrario, la decisión consciente de adoptar hábitos de vida saludables puede marcar una diferencia significativa, lo que convierte la prevención en una herramienta de empoderamiento. La elección de tomar el control, en un mundo donde gran parte del riesgo parece fuera de nuestro alcance, es la verdadera clave para un futuro más saludable.
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“El corazón actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los órganos, tejidos y células del organismo. La sangre bombeada por el corazón suministra oxígeno y nutrientes a cada célula y recoge el dióxido de carbono y las sustancias de desecho producidas por esas células. Pero si el flujo de sangre al corazón disminuye o se detiene o el ritmo de los latidos se altera, podría peligrar la vida”, se explica en The Texas Heart Institute.
Estilo de vida
Muchas veces el concepto de estilo de vida saludable se da por sentado o se concentra en uno o dos aspectos, la realidad es que es el conjunto de decisiones diarias que se toman a favor del cuerpo, la mente, y en este caso, el corazón.
Una dieta equilibrada no restrictiva que evite la comida procesada y rápida que suele contener altos niveles de grasas saturadas y trans, colesterol y sodio; ejercicio o movimiento diario, evitar fumar o consumir bebidas alcohólicas y una vida tranquila alejada del estrés, son factores clave para la salud.
El boletín de salud de la Universidad Brown también incluye:
- Controlar el nivel de azúcar en la sangre: Un nivel alto de azúcar en la sangre estimula la formación de placa en las arterias y aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares
- Controle el colesterol en sangre: El colesterol (en particular, el LDL o colesterol “malo”) se combina con otras sustancias en la sangre para formar placas que obstruyen las arterias. EL 25% del colesterol proviene de la alimentación
Igualmente, Jefferson Health incluyó en los hábitos cuidar de la salud mental pues va de la mano con la cardíaca. “Es fundamental buscar apoyo si presenta síntomas de ansiedad o depresión”, señalaron.
Otra de las recomendaciones de la Clínica Mayo para prevenir afecciones cardíacas es vacunarse. “Enfermedades causadas por infecciones pueden empeorar los problemas cardíacos existentes. Las vacunas ayudan a proteger de las enfermedades infecciosas. Así que mantente al día con las siguientes vacunas: Vacuna anual contra la gripe; La vacuna contra la COVID-19, que reduce las posibilidades de enfermar gravemente; Vacuna antineumocócica, que reduce el riesgo de ciertas enfermedades causadas por bacterias; Vacuna Tdap, que protege contra el tétanos, la difteria y la tos ferina”.