El gobierno de Florida anunció recientemente que trabaja para eliminar todos los mandatos de vacunación vigentes en el estado, una decisión que generó ovaciones en el acto de presentación, pero también una ola de críticas de asociaciones médicas y expertos en salud pública a nivel nacional.
El anuncio estuvo a cargo del cirujano general de Florida, Joseph Ladapo, quien, acompañado por el gobernador Ron DeSantis, declaró que el Departamento de Salud estatal avanzará en una iniciativa para acabar con la obligatoriedad de las vacunas.
La medida se enmarca en el lanzamiento de la comisión “Florida Make America Healthy Again”, promovida por DeSantis y alineada con el presidente Donald Trump y el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., reconocido por sus posturas críticas hacia las vacunas. Según el gobernador, el nuevo organismo buscará defender la “libertad médica individual, el consentimiento informado, los derechos de los padres y la innovación del mercado”.
Las declaraciones no tardaron en generar reacciones. La Asociación Médica Estadounidense (AMA) calificó la iniciativa de “riesgosa” y advirtió que la eliminación de mandatos podría tener consecuencias graves. “Colocaría a niños y comunidades en un mayor riesgo de enfermedades como sarampión, paperas, polio y varicela”, señaló Sandra Adamson Fryhofer, consejera de la entidad.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) expresó preocupación, recordando que Florida ya presenta una tasa de exenciones a la vacunación superior a la media nacional: 5,1% de estudiantes de preescolar frente al 3,6% en el país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El organismo advirtió que el cambio podría exacerbar brotes como el actual de sarampión, que acumula 1.431 casos en Estados Unidos en 2025, el número más alto desde 1992, con tres muertes registradas, dos de ellas en niños.
Un estudio reciente de los CDC reveló que las vacunas administradas entre 1994 y 2023 previnieron 508 millones de enfermedades de por vida, 32 millones de hospitalizaciones y 1,1 millones de muertes infantiles. Para los expertos, estos datos confirman que los mandatos han sido una herramienta clave en la protección de la salud pública.
Implicaciones políticas y legislativas
Actualmente, el Ejecutivo de Florida tiene margen legal para suspender la obligatoriedad de vacunas como la de la varicela, la hepatitis B o la neumocócica conjugada. Sin embargo, para eliminar los mandatos relacionados con enfermedades más graves como difteria, tétanos, polio, sarampión o rubéola será necesario un cambio en la legislación estatal, lo que llevará la discusión al Congreso de Florida.
El anuncio llega en un contexto de tensiones dentro de la propia Administración Trump. La semana pasada fue destituida la directora de los CDC, Susan Monarez, quien se había opuesto públicamente a la postura de Kennedy Jr. En su lugar, fue nombrado como director interino Jim O’Neill, cercano al actual secretario de Salud.
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En paralelo, estados como California, Oregón y Washington anunciaron una alianza para coordinar políticas de vacunación, en abierta respuesta a las decisiones impulsadas desde Florida y la Casa Blanca.
La controversia refleja un choque creciente entre las políticas de “libertad médica” promovidas por algunos sectores y las advertencias de la comunidad científica, que insiste en que los mandatos de vacunación han sido una de las principales barreras contra la propagación de enfermedades infecciosas en Estados Unidos.