En su tono firme pero cálido, con esa mezcla inconfundible de elegancia y franqueza que caracteriza a muchas mujeres del eje cafetero, Luz Quintero Cartagena habla de su vida con un brillo en los ojos que no oculta el orgullo de lo construido. Empresaria, agente e inversora inmobiliaria, presidenta de Mega Home Group, Luz es una mujer que no solo logró conquistar el llamado “sueño americano”, sino que ha dedicado su vida a ayudar a otros a alcanzarlo también. Detrás de su éxito en el competitivo mundo del real state en New York, Miami y Colombia, hay una historia que nace en las montañas de Caldas, Colombia.
Oriunda de Aranzazu, un pueblo lleno de paisajes y tradiciones, Luz conserva intacto el cariño por sus raíces. De allí guarda recuerdos de una infancia modesta, pero rica en sueños y en valores. Posteriormente, vivió en Manizales, ciudad que la formó con una mezcla de disciplina, tenacidad y espíritu emprendedor. Desde muy joven, confiesa, se sintió impulsada por un deseo inquebrantable de superación. “Siempre fui una mujer soñadora”, dice, y esa frase parece encapsular toda su trayectoria.
A los 18 años, el destino la llevó a Estados Unidos en un viaje que inicialmente sería temporal. Miami fue el punto de partida, donde conoció a quien sería su compañero de vida y de negocios: Hugo Cartagena. Lo suyo fue un giro inesperado que cambió su rumbo por completo. Hugo, empresario del sector inmobiliario en New York, le habló de las oportunidades que este país ofrecía. No fue difícil convencerla. Luz, siempre abierta al cambio y a los desafíos, decidió quedarse y empezar de cero en una tierra desconocida.
Desde entonces, la pareja se convirtió en una fuerza imparable. Juntos fundaron una empresa que con el tiempo se transformaría en un imperio inmobiliario, primero en New York y más tarde en Miami. Uno de los momentos más memorables de su carrera fue la creación del programa televisivo “Cómo comprar casa con los Quintero”, transmitido por Telemundo y Azteca América durante 15 años. Más que un espacio de promoción, fue una plataforma educativa y comunitaria, donde Luz enseñaba a la comunidad hispana a navegar el complejo mercado de bienes raíces en EE.UU.
Pero su aporte va más allá de las ventas y las inversiones. Luz ha construido una red de impacto que trasciende los negocios. Junto a su esposo, fundó hace 15 años la Cámara Internacional de Empresarios, una organización que promueve la colaboración y el empoderamiento entre emprendedores hispanos. Hoy en día, la Cámara cuenta con capítulos en Colombia, República Dominicana, Chile y Miami, con más de 2.000 empresarios afiliados. “Nuestro lema es ‘empresario empodera a empresario’. Hacemos negocios, pero también construimos comunidad”, dice con entusiasmo.
Después de vivir casi cuatro décadas en New York, Luz y su esposo decidieron trasladarse a Miami, aparentemente para retirarse. Pero Luz no sabe quedarse quieta. El descanso la cansó, como ella misma admite, y decidió volver a trabajar, esta vez en el dinámico mercado de bienes raíces del sur de Florida. Obtuvo su licencia, reactivó su cartera de clientes —muchos de ellos de New York y del extranjero— y volvió a demostrar que la pasión no se jubila.

Cada día en su vida es una mezcla de compromiso profesional y amor profundo por su familia. Luz se declara absolutamente devota a su esposo y a sus dos hijas, Estefany y Katherine, quienes hoy lideran las operaciones de la empresa Real State Inversiones en New York. “Lo amo, lo venero, lo cuido y valoro mucho todo lo que hizo por mí y nuestras hijas”, dice sobre Hugo. Él, asegura, es una inspiración constante, un hombre que siempre se reinventa, al igual que ella.
La fascinación de ayudar a otros
La filantropía y la educación son otros pilares de su vida. A través de Mega Home Group, Luz organiza seminarios y conferencias gratuitas para educar a la comunidad hispana sobre cómo invertir en bienes raíces. Su misión es clara: ofrecer herramientas reales para que más personas puedan acceder a una vivienda propia, símbolo del sueño americano y motor de estabilidad para muchas familias inmigrantes.
Su historia es un testimonio vivo del poder de la persistencia y de los valores inculcados desde la niñez. La honestidad, dice, ha sido su brújula moral. Y esa mezcla de trabajo arduo, tenacidad y conexión humana ha sido la base de su éxito. “Los colombianos somos una raza divina, pujante, única”, afirma con orgullo, y esa afirmación no suena a cliché, sino a verdad sentida y vivida.
Te puede interesar: El deporte como latido de una nación
A quienes sueñan con emigrar o ya han dado ese paso, Luz les envía un mensaje directo y motivador: “Aquí todos tenemos el sueño americano. No ha sido fácil, pero tampoco es imposible. Hay que abrirse a las relaciones, rodearse de buena gente, y nunca dejar de avanzar”.
Luz Quintero Cartagena es mucho más que una empresaria exitosa. Es un puente entre mundos, entre culturas, entre sueños y realidades. Su historia es una prueba de que el éxito, cuando se construye con alma, esfuerzo y propósito, tiene raíces profundas… y acento colombiano.