El Concejo municipal de la ciudad de Los Angeles aprobó por unanimidad el pasado 19 de noviembre una ordenanza de “ciudad santuario” para proteger a los inmigrantes que viven en la urbe californiana.
La medida que asume la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos después de New York, llega tras la promesa del presidente electo Donald Trump de emprender la deportación más grande de inmigrantes indocumentados en la historia de ese país.
La ciudad de Los Angeles acoge a 1,3 millones de inmigrantes, según indicaron los miembros del Concejo, sin precisar el estatus migratorio de tal número de inmigrantes.
“Las ciudades santuario no son sólo un marco legal, representan un compromiso moral para defender la dignidad humana, mantener unidas a las familias y garantizar que todos, independientemente de su estatus migratorio, puedan vivir sin miedo”, dijo el concejal Curren Price en un hilo publicado en la red social X.
Comentó que se espera que la nueva ordenanza entre en vigencia antes de que finalice el presente año de 2024. “La ciudad de los Angeles debe hacer honor a su nombre, apoyando a nuestros vecinos indocumentados, garantizando su estabilidad y seguridad sin la amenaza inminente de la deportación”, agregó Price.
Sin embargo, no está claro de qué manera la ordenanza transforma la actual legislación municipal, puesto que la ciudad ya restringe la cooperación con las autoridades federales de inmigración.
¿Qué es una ciudad santuario?
Es una ciudad, municipalidad o estado con una política creada para disuadir a las autoridades y cuerpos policiales de informar el estado migratorio de personas a las autoridades federales, a menos que implique una investigación por un delito grave.
Las políticas suelen asentarse en no aplicar o poner en marcha las decisiones y órdenes en materia migratoria del gobierno federal, o lo que es lo mismo, no preguntar el estatus migratorio de las personas y no compartir información sobre estatus migratorios con las agencias federales.
En la práctica, esto significa que si una persona es detenida el funcionario o cuerpo policial no está en la obligación de preguntar o verificar el estatus migratorio del detenido, tampoco de responder a peticiones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para chequear, detener o mantener detenido a alguien por razones de ese estatus.
En síntesis, las ciudades santuario son aquellos territorios donde los funcionarios estatales y locales limitan su cooperación con los funcionarios federales de inmigración, pero no impiden que los funcionarios federales lleven a cabo sus funciones de control de la inmigración.
En la práctica, esto significa que un inmigrante en una ciudad santuario está sujeto a las leyes federales en materia de migración y que las autoridades federales pueden actuar en cualquier lugar en caso de delitos graves.
Las ciudades santuario no protegen a los inmigrantes de la deportación. Las jurisdicciones santuario no impiden la deportación de inmigrantes y pueden cooperar con las autoridades federales de inmigración, compartiendo información.
Contrario a lo que muchos piensan, las políticas de ciudad santuario no ocultan ni protegen a los inmigrantes sin los documentos necesarios para residir de ser identificados. Tampoco de la deportación o el procesamiento por actividades delictivas.
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American Immigration Council, una organización en Estados Unidos que se dedica a promover políticas migratorias justas, da cuenta de los resultados de una investigación publicada en 2020 por la Academia Nacional de Ciencias, que encontró que las políticas santuario no impidieron las “deportaciones de personas con condenas por violencia”.
Son once los estados santuario en Estados Unidos hasta marzo de 2021. Estos son: California, Colorado, Connecticut, Illinois, Massachusetts, New Jersey, New Mexico, New York, Oregón, Vermont y Washington.