Concejales de la ciudad de Los Angeles, la segunda mayor metrópoli de Estados Unidos, aprobaron este miércoles 5 de diciembre declarar a esta urbe como “santuario” para la migración, en momentos en los que las jurisdicciones liberales se preparan para el regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca.
El reglamento, aprobado por unanimidad, prohibirá que se utilicen recursos o personal de la ciudad para implementar las leyes federales en materia migratoria, según reseña una nota de la agencia AFP.
Esto sucede después de que Trump nominara personajes de línea dura para aplicar la refutada política migratoria de su Gobierno, lo que le muestra comprometido con materializar sus promesas de campaña sobre deportaciones masivas de personas indocumentadas.
La ordenanza llega a medida que los gobiernos regionales de corte liberal en el país, con el del estado de California al frente, tratan de establecer barreras contra lo que consideran que podrían ser excesos durante una nueva presidencia de Trump.
La votación que se realizó este miércoles 5 de diciembre también aprobó una cláusula de urgencia que permitirá su entrada en vigencia apenas 10 días después de que la alcaldesa de Los Angeles, la demócrata Karen Bass, la promulgue.
“Hemos sido una ciudad pro-migración durante años, sabemos que el presidente electo ve un blanco en nuestra espalda y lo que estamos haciendo es reforzar nuestras defensas”, dijo en declaraciones recientes el concejal demócrata Bob Blumenfield.
“Estamos codificando nuestras buenas políticas para proteger a los inmigrantes”, acotó.
Trump ubicó la lucha contra la migración ilegal como eje central de su campaña electoral para las elecciones de noviembre pasado, y sus seguidores con frecuencia exhibían en los actos políticos pancartas a favor de las llamadas deportaciones masivas.
El presidente electo reiteró en sus discursos, sin exponer ningún fundamento, que los migrantes sin documentos eran responsables por el aumento del crimen, a pesar de que las estadísticas indican lo contrario, dice la AFP.
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Tras la aprobación de la ordenanza, la filial del Partido Republicano en Los Angeles no demoró en criticar la decisión municipal y expresó en un comunicado que “las llamadas ciudades y estados ‘santuarios’ suenan como cálidas y acogedores, pero las protecciones que ofrecen no son para los que comen helado, sino para gente que entró de forma ilegal al país y cometió otros crímenes”.
La ciudad de Los Angeles es una amalgama de diferentes culturas, ya que un amplio porcentaje de sus residentes es primera o segunda generación de inmigrantes.