Las autoridades de Venezuela liberaron este viernes 31 de a seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en su territorio, tras una reunión en Caracas entre el presidente Nicolás Maduro y el enviado especial del presidente Donald Trump, Richard Grenell.
“Nos ponemos en marcha y nos dirigimos a casa con estos seis ciudadanos estadounidenses. Acababan de hablar con Donald Trump y no podían dejar de agradecerle”, escribió Grenell en la red social X, y compartió fotografías y videos en su cuenta de Instagran con los norteamericanos dentro de un avión, sin detalles sobre sus identidades.
Washington, que reiteró este mismo viernes que no reconoce a Maduro como presidente, aclaró previamente que la misión de Grenell en Venezuela era “muy específica y tenía como objetivo conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles venezolanas, así como lograr que Caracas acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados.
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Antes del encuentro entre Maduro y Grenell, la ONG Foro Penal, dedicada a la defensa de presos políticos, contabilizaba a ocho ciudadanos de Estados Unidos, entre ellos un militar, y dos ciudadanos de otras nacionalidades con residencia en ese país encarcelados en Venezuela acusados de conspirar contra Maduro y planificar actos de violencia.
El presidente Trump, celebró la liberación de los seis prisioneros estadounidenses por parte de Venezuela.
“Me acaban de informar que traeremos a casa a seis rehenes de Venezuela. Gracias a Ric Grenell y a todo mi personal. ¡Buen trabajo!”, escribió Trump en su red social X y Truth Social.
Pero trascendió que no todos los estadounidenses detenidos en los últimos meses en Venezuela retornaron a su país con Grenell. De acuerdo con el diario estadounidense The Wall Street Journal, el enviado de Trump para misiones especiales, llegó a Caracas el viernes para presionar por la liberación de 15 estadounidenses.
Según las declaraciones y anuncios realizados con anterioridad por Maduro y su ministro de Interior, Diosdado Cabello, al menos 10 estadounidenses fueron detenidos en los últimos meses en Venezuela señalados de estar presuntamente detrás de planes terroristas y acusados de ser supuestamente mercenarios.
“Un nuevo inicio”
A propósito del encuentro que tuvo lugar el viernes, Maduro abogó por un “nuevo inicio” en las relaciones de Venezuela con Estados Unidos, rotas desde 2019, para que lo que “lo que haya que rectificar se rectifique” y lo que “haya que hacer se haga”.
El gobernante izquierdista le planteó a Grenell lo que denominó como una “Agenda Cero” para reconstruir puentes, en medio de una renovada crisis política por los cuestionamientos de Washington a su reelección el 28 de julio del año pasado, denunciada por la oposición como un fraude.
“Puedo decir que -la reunión- fue positiva (…) Hay temas donde hemos llegado a unos primeros acuerdos y como se cumplan se abrirán nuevos temas, ojalá, para nuevos acuerdos”, dijo Maduro durante un discurso en la apertura del año judicial.
“Le decimos al presidente Donald Trump: hemos dado un primer paso. Ojalá se pueda sostener, nosotros queremos sostenerlo”, añadió el mandatario al señalar que este sábado 1 de febrero informarán detalles de la reunión.
Formalmente, Washington desconoce la reelección de Maduro para un tercer mandato (2025-2031) y el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, expresó apoyo al exiliado Edmundo González Urrutia, quien reivindica un triunfo en los comicios presidenciales.
El gobierno del demócrata Joe Biden tampoco reconocía a Maduro, pero emprendió negociaciones directas Caracas-Washington.
Los contactos llevaron, por ejemplo, a la liberación en Estados Unidos de Alex Saab -empresario colombiano acusado de ser “testaferro” del mandatario y ahora uno de sus ministros- a cambio de 10 prisioneros estadounidenses y una veintena de venezolanos a finales de 2023.
El enviado especial de Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver-Carone, comentó más temprano en rueda de prensa que la reunión entre Grenell y Maduro “no cambia” las prioridades de Washington “con respecto a Venezuela”.
El mismo día de su investidura, Trump dijo que Estados Unidos “probablemente” dejaría de comprar petróleo de Venezuela.
Varios congresistas republicanos piden cancelar las licencias que permiten a petroleras como la estadounidense Chevron, la española Repsol o la francesa Maurel & Prom operar en el país caribeño, pese al embargo petrolero que el gobernante estadounidense impuso en su primer mandato (2017-2021) en una batería de sanciones que buscó sin éxito la caída de Maduro.
Sobre las deportaciones
Claver-Carone dijo que Grenell exigiría a Maduro aceptar las condiciones para la repatriación de “criminales y pandilleros venezolanos”. La temida banda Tren de Aragua opera en Estados Unidos y Trump, en su regreso al poder, la declaró organización terrorista.
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“El presidente Trump espera que Nicolás Maduro recupere a todos los criminales y pandilleros venezolanos” y “que lo haga de manera inequívoca y sin condiciones”, aseguró el funcionario, que advirtió que “de lo contrario habrá consecuencias”, porque “no es una negociación a cambio de algo”.
El gobierno republicano no solo ha considerado “criminales” a los miembros de grupos como el Tren de Aragua, sino también a cualquier migrante que haya entrado en condición irregular a Estados Unidos.