Pronto se cumplirá un año desde que la consejera Helen Gym de Filadelfia dijo que la aprobación de la ley “Semana de Trabajo Justo” era una forma de “ser correctos”. Sin embargo a la fecha los empleadores no tienen a disposición el diseño de los “calendarios predecibles”, por lo que la Oficina del Alcalde notificó que había aprobado una prórroga.
La ley de “Semana de Trabajo Justo” en Filadelfia se cree que alcanzará a 130 mil trabajadores. Es una normativa que pretende crear un balance entre los horarios y el tiempo extra de los trabajadores de la industria de servicio.
Hasta la fecha las necesidades de muchas empresas las coloca en el abusivo rol de solicitar a sus trabajadores extensiones en la carga horaria, reubicación de lugares de trabajo sin previo aviso, cambios de tareas sin planificación y una suma larga de atropellos que la nueva legislación tiene por objeto darle fin.
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Sin embargo tras un año de la aprobación de la legislación los empleadores no se han preparado para implantar las modificaciones y han conseguido que la ciudad “los perdone” por un período determinado hasta que logren poner en blanco y negro sus programas de trabajo.

En diciembre de 2018 el Consejo General de Filadelfia aseguró que la ley entraría en vigor el primero de enero del 2020. Ahora, a finales de noviembre de 2019, de acuerdo a la Oficina del Alcalde de Filadelfia se retrasó del 1 de enero de 2020 al 1 de abril de 2020, para permitir que las aportaciones del público se incorporen a la regla final.
Asimismo es preciso informar que los empleadores que notifiquen sus avances tendrán una extensión a la prórroga que los amparará hasta el 1 de julio de 2020 para proporcionar a los empleados “estimaciones de buena fe” de los horarios de trabajo promedio, uno de los componentes de la nueva ley.
Protección y Legislación laboral
En diciembre de 2018 Filadelfia se transformó en la quinta ciudad del país en promulgar una legislación de “programación predictiva” que exige una mayor previsibilidad de la programación laboral para los empleados.

Estas leyes son una frontera relativamente nueva de la regulación laboral, pero están ganando impulso. La primera ley de este tipo entró en vigor en San Francisco en 2014. Chicago aprobó una ley expansiva en julio y otros lugares, incluyendo Los Ángeles, están considerando la posibilidad de aprobar leyes de programación predictiva.
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La normativa tiene como esencia dar respuesta a un largo reclamo de los trabajadores, quienes necesitados de un empleo y colocados “contra la espada y la pared”, han demandado a los legisladores instrumentos que les permitan más control sobre su equilibrio entre el trabajo y la vida personal, exigiendo que la programación se establezca con dos semanas de anticipación y penalizando a los empleadores por exigir cambios de turno sin previo aviso.
En la urbe más poblada del estado de Pensilvania la ley está dirigida a las grandes cadenas de negocios y cubre establecimientos de venta al por menor, hostelería y servicios de alimentos. Los empleadores cubiertos por la ley deben pagar una prima a los trabajadores cuando se cambian los horarios de trabajo, se cambia el lugar de trabajo o las horas no programadas.