Donald Trump ha recibido una sanción moral de parte de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que votó una resolución condenatoria como el autor de un ataque “racista”, perpetrado contra cuatro legisladoras y que “han legitimado el miedo y el odio hacia los nuevos estadounidenses y las personas de color”.
La resolución que en la víspera fue anunciada por la Oradora Nancy Pelosi, parece visibilizar una zona opaca donde una parte de la nación está reviviendo un sentido supremacista de ver al mundo y que desmedra por el origen a inmigrantes, aunque el propio autor de la tormenta desciende de alemanes llegados a la nación en el siglo XIX.
La iniciativa señala además que “los inmigrantes y sus descendientes han fortalecido a Estados Unidos y que quienes prestan el juramento de ciudadanía son tan estadounidenses como aquellos cuyas familias han vivido en Estados Unidos durante muchas generaciones”.
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Los polémicos tuits del presidente Donald Trump fueron catalogados por la presidenta de la Cámara Baja de los Estados Unidos como “asquerosos ataques”, en los que de manera reiterada y con un tono racista y xenófobo cada vez incrementado, pidió “volver a su país” a cuatro congresistas demócratas latinas, musulmanas o negras y que son ciudadanas estadounidenses.
Jamie Raskin, el representante demócrata que fue uno de los impulsores del documento, subrayó previo a la votación y ante el pleno de la Cámara, que “esto es una afrenta no solo contra las cuatro congresistas, sino contra los 22 millones de estadounidenses naturalizados que nacieron en otro país e hicieron su camino hacia Estados Unidos”.
El escrutinio de 240-187, juntó a todos los demócratas que con su voto rechazaron la exhibición pública y continuada de un inquilino de la Casa Blanca protagonista de un exceso que algunos sectores republicanos condenaron.
Cuatro republicanos -Will Hurd, Fred Upton, Brian Fitzpatrick y Susan Brooks- votaron a favor de la resolución, respaldada además por el independiente pero conservador Justin Amash.
El texto respondía al tuit en el que Trump preguntó este domingo “por qué esas legisladoras no vuelven a sus países y ayudan a arreglar los lugares completamente rotos e infestados de crimen de donde vienen”.
Trump se refería a un grupo de legisladoras de la Cámara Baja, conocido popularmente como “El Escuadrón” (“The Squad”), y formado por Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley.
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Todas ellas son ciudadanas estadounidenses, y tres de ellas nacieron en Estados Unidos, mientras que Omar procede de Mogadiscio (Somalia) pero obtuvo la ciudadanía estadounidense cuando era adolescente, después de llegar como refugiada al país.
La Cámara Baja, controlada por demócratas, se comprometió a mantener a Estados Unidos “abierto a aquellos que buscan legalmente refugio y asilo de la violencia y la opresión, y aquellos que están dispuestos a trabajar arduamente para vivir el sueño americano, sin importar su raza, etnia, fe o país de origen”.
Curiosamente el debate caldeó los ánimos debido a que una contra argumentación pretendió desestimar la naturaleza “racista de los tuits del presidente”, un hecho que más allá de nuestra fronteras recibió críticas desde el Reino Unidos en las voces de Theresa May, primer ministra británica y de Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia.
Los republicanos protestaron porque las reglas de la Cámara impedían calificar a un presidente de “racista” y lograron que las palabras de Pelosi se retiraran del registro escrito de la sesión, pero los demócratas se impusieron en una segunda votación sobre el tema y permitieron que la líder demócrata usara ese calificativo.
En medio de la fuerte controversia que ha generado nuevas acusaciones de racismo y supremacismo blanco contra Trump, el presidente ha redoblado sus críticas a las legisladoras, que llegaron al Congreso este año y se han convertido en voces muy influyentes en el movimiento progresista en el país.