La Organización de Naciones Unidas criticó duramente la medida migratoria planteada por los Estados Unidos y conocida con el nombre de Interim Final Rule (IFR), una norma ideada por la Administración Trump para frenar el flujo migratorio que busca asilo.
La disposición que será manejada por los Departamentos de Seguridad Nacional y Justicia, es conocida en español como “Regla Final Interna” y si bien está dirigida a detener las movilizaciones migratorias del Triangulo Norte, también impacta a cualquier urgido que tras huir de su país por razones “apremiantes” pase por una tercera nación antes de llegar a suelo estadounidenses.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que esta disposición va en contra de las obligaciones internacionales que tienen los Estados Unidos al restringir fuertemente derechos y libertades básicas.
La nueva política migratoria con la que Estados Unidos espera frenar el flujo migratorio de centroamericanos
Liz Throssell, portavoz de ACNUR, dijo que “creemos que esta medida recorta excesivamente el derecho a pedir asilo, amenaza el derecho a no sufrir un retorno forzado y pone de forma excesiva el peso de la prueba en los solicitantes”.
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Desde la ONU se avizora que la consecuencia política que traerá la de Interim Final Rule será “poner en riesgo a las personas vulnerables que necesitan protección internacional y que huyen de sus países por razones que van desde la pobreza hasta la persecución”.
ACNUR considera que rechazar las peticiones de asilo de extranjeros que hayan pasado por un tercer país considerado seguro, sin que hayan presentado en éste una petición similar, es una decisión desproporcionada.
Asimismo Throssell con respecto a Centroamérica recordó, que la violencia generada por bandas juveniles, conocidas como “maras”, llega a proporciones endémicas en ciertos países de la región.
La oficina de la ONU para refugiados reconoce que el sistema de asilo estadounidense está bajo fuerte presión y que los países de la región no pueden sustraerse a su responsabilidad de compartir la carga que genera esta crisis migratoria, pero estima que Interim Final Rule crea un obstáculo que pondrá muchas vidas en riesgo.
En concordancia con sus puntos de vista, la ONU recordó que recientemente emitió un llamamiento a los países latinoamericanos para que se reúnan con carácter de urgencia y acuerden una respuesta que sea coordinada, coherente y que brinde asilo a los ciudadanos que huyen del Triángulo Norte. Sin embargo el organismo multilateral acepta con tristeza que su invocación no ha sido escuchada.
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Si se coloca en contexto a la región y bajo la óptica de los Estados Unidos los países considerados “seguros” son México y Guatemala. Para la Casa Blanca los nacionales del Triángulo Norte deben solicitar asilo en primer lugar en esas naciones y de ser negado, optar por recurrir a ellos.
Sin embargo la realidad es otra, debido a que tanto mexicanos como guatemaltecos, acuden también a la solicitud de asilo en Estados Unidos debido a que en sus países hay circunstancia que con facilidad lo descalifican para ostentar el adjetivo de “seguros”.
Asimismo consultados por la instancia en Ginebra, algunos expertos estiman que la medida tiene en la última consideración su talón de Aquiles ante la ley internacional y en los tribunales de la Unión podría desmontarse su eficacia con solo argumentar que esos dos países no son seguros para los migrantes.