La historia de Tony Sampayo es una de progreso. El éxito nunca viene en un molde, y tampoco se lleva a cabo de forma lineal. No existe un manual para alcanzar las metas, pero ejemplos como el de Tony, permiten materializar el trabajo arduo en un ejemplo a seguir.
Tony Sampayo nació en Miami, pero se crio en Colombia, en Sincelejo un municipio colombiano, capital del departamento de Sucre, ubicado en la región Caribe. Al regresar a Estados comenzó a trabajar en Chick-fil-A como empleado regular, fue escalando en la compañía hasta tener su propia franquicia en el año 2007.
Chick-fil-A es una cadena de restaurantes con sede en College Park, Georgia, se especializa en pollo. Pero es la segunda cadena de restaurantes basada en pollo de comida rápida en los Estados Unidos, es decir, es muy exitosa, sobre todo en el sur, pero en los últimos años ha ido en aumento su presencia en las Montañas Rocosas, el suroeste y el medio oeste.
En el año en que Tony decidió emprender, la cadena contaba con más de 1.300 locales en 37 estados de EE. UU. y el Distrito de Columbia.
“Hace dos años tuvimos la gran oportunidad que nos ha dado Chick-fil-A de abrir nuestro segundo punto de restaurante”, contó el empresario.
Puedes leer: Arana Lemus encontró su identidad
El ascenso

Pasar de empleado a dueño de dos restaurantes puede sonar inverosímil para muchos, pero no para Tony. “La verdad es que aquí todo lo que trabajes con sacrificio, dedicación y contribuyendo a la compañía, se te van abriendo las puertas”, agregó. Tony empezó como empleado regular, luego fue ascendiendo a assistant manager, manager, luego trabajó para la corporación ayudando y administrando negocios que no tenían dueño, hasta que se le encontraba un franquiciante, rol que desempeñó por al menos dos años.
“En el 2010 me vine para Miami, ya que era el sitio donde quería establecerme por el resto de mis días. Hace dos años y medio tuvimos la oportunidad de abrir la franquicia en Miami Gardens”, relató.
La llegada
Los padres de Tony vivían en Estados Unidos cuando él nació, sin embargo, su madre quería volver a su patria. Tenía cáncer y sus deseos eran pasar sus últimos días en su tierra, así que se devolvieron cuando él solo tenía 4 años. “Mi papá siempre quiso moverse a EE. UU de nuevo. Yo estaba en la universidad, tenía mi vida en Colombia. Estaba trabajando para el ministerio de agricultura. Tenía todo allá, pero mi papá comenzó a tener serios problemas de salud (…) pensando en venir unos meses nada más y compartir con él”, afirmó. Los meses se convirtieron en 25 años.
El impulso de salir adelante, de probar quien era y de trabajar con pasión, Tony se lo debe a Colombia. “Cuando comencé a trabajar en Chick-fil-A, yo llegué a este país, a pesar de ser nacido aquí, no sabía nada del idioma, lo aprendí de cero. Todos esos obstáculos te enseñan a ser un luchador. Uno como colombiano, como costeño, tiene ese empuje y esas ganas de superarse, que son las que te motivan a ser mejor cada día, y a ser diferente a los demás. También a poner tu granito de arena en el país que te ha acogido”.
Su presente
Cuando Tony regresó a ver a su padre solo buscaba un puesto de trabajo que le permitiera mantenerse, alguien le recomendó la cadena de comida rápida, un trabajo que nunca había hecho. Al aprender inglés empezó a buscar su lugar en el mundo, y se abrió camino por sus ganas de superarse. En cada puesto intentó ser el mejor, un impulso que lo acompaña hasta hoy en día.
Los valores de Chick-fil-A van en consonancia con los suyos, pues es una compañía que se enfoca en el liderazgo y en el crecimiento de los suyos. Para Tony, en su proceso de adaptación y evolución, fueron dos elementos esenciales.
“Siempre que des lo mejor de ti, vas a estar satisfecho. (…) El resultado toma tiempo, hay frustraciones y momentos difíciles, pero cuando uno tiene las ganas de poner el nombre de Colombia en alto, eso te ayuda a seguir en esos momentos”, resaltó.
En tiempos complejos donde no veía resultado, estaba preparándose para ser mejor líder y empresario, así lo ve y así lo cree. Pero sus raíces, le han permitido ver el mundo de una forma distinta. Ser sincelejano le ha regalado la posibilidad de ver las adversidades con alegría y positivismo.