La pena de muerte pareciera ser el desenlace como castigo que la justicia estadunidense prepara para Robert Gregory Bowers, el hombre que el pasado sábado entró armado a una sinagoga en Pensilvania y perpetró una matanza que tiene en duelo a 11 familias, a la comunidad judía en particular y a la nación en general.
Bowers fue presentado este lunes a la 1:30 pm en la sede de la corte federal ubicada en el centro de Pittsburgh, donde el fiscal Scott Brady lo acusó de 29 delitos, y con precisión muchos de ellos conllevan a la pena de muerte. Se cree que es el ataque más mortal contra los judíos en la historia de Estados Unidos.
El juez Robert C. Mitchell fue el que guió la audiencia contra el acusado. Cronistas de prensa ubicados en el sitio describieron que Bowers tenía una actitud calmada. Al llegar a la corte se le preguntó si él era el acusado, Bowers dijo: “Sí, lo soy”.
Sobre el proceso el fiscal Brady dijo que el sospechoso Robert Bowers permanecerá bajo custodia sin fianza. Su próxima aparición en la corte está programada para el jueves.
Se sabe que el antisemita dejó su marca digital como un perturbado que era capaz de cometer crímenes de odio. Estaba suscrito a la red social Gab.com, que de acuerdo a especialistas está integrada en su mayoría por grupos supremacistas y de extrema derecha de Estados Unidos.
En un arranque de odio Bowers mató a ocho hombres y tres mujeres antes de que un equipo táctico d la policía lo rastreara y le disparara. Otras seis personas resultaron heridas, incluidos cuatro oficiales.
Los últimos mensajes de Bowers estaban dirigidos a la Hebrew Immigrant Aid Society (HIAS), una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a los refugiados judíos en Estados Unidos. “A HIAS le gusta traer invasores que matan a nuestra gente. No me puedo quedar sentado y mirar cómo mi gente es asesinada. Que se jodan. Voy a hacerlo”, escribió.
Todas estas escenas lamentables han sido el basamento para que el Gobierno de Estados Unidos anunciara nuevos esfuerzos para combatir los crímenes de odio en el país después de la matanza en una sinagoga el pasado sábado, en la que once personas fueron asesinadas.
Gustavo Rízquez.