Argentina es muy especial para Joan Manuel Serrat. El país lo acogió a finales de los sesenta como propio, así que esta despedida, necesitaba pasar por allá.
«Mi corazón está tranquilo. Vengo a despedirme de los escenarios, pero no de la gente, ni del país, ni del cariño que nos ha unido. Desde el momento que llego a [el aeropuerto de] Ezeiza tengo contacto con los últimos 60 años de mi vida», dijo Serrat en una rueda de prensa. El sábado 5 de noviembre cantará en Rosario. Será el primero de los siete recitales del capítulo argentino de El vicio de cantar, la última gira de su carrera.
A sus 78 años, el artista recordado por cantar en catalán cuando la dictadura de Francisco Franco prohibía el uso de ese idioma, volará a Santiago de Chile y a Lima, antes de regresar a Buenos Aires donde tiene programado cinco presentaciones antes de irse a Montevideo. Tras partir de Sudamérica, estará en varias ciudades de España y concluirá la gira el 23 de diciembre en su Barcelona natal.
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El capítulo americano arrancó a finales de abril en el Beacon Theatre de Nueva York. Luego hubo escalas en Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia y Costa Rica.
Serrat llegó a Argentina por primera vez justo antes del inicio de los setenta, estuvo prohibido por la dictadura y volvió en 1983, junto con la democracia.
«Esta gira está llena de trampas, de emociones, de nostalgias, de sentimientos, de un sentimiento tremendo de alejamiento de algo que se da en mi vida y que me ha hecho muy feliz», aseguró.