Una adusta crítica de la visión gubernamental de Trump, Kamala Harris, anunció hoy su intención de presentarse en las primarias de 2020 evocando sus fortalezas como líder demócrata y figura femenina intachable.
Ella es la segunda mujer de raza negra en ser elegida para el Senado de Estados Unidos. Y su aspiración la hace pública un día muy simbólico, durante la festividad de Martin Luther King, que se celebra en todos los Estados Unidos el tercer lunes de cada enero.
Harris es una figura de alta popularidad que ha logrado posiciones encumbradas dentro de la estructura del Estado, posición que ha usado de forma genuina para lanzarse a gran velocidad como un halcón peregrino para cazar los equívocos de la política migratoria de Donald Trump.
La senadora es oriunda de California. Tiene en su hoja de vida el haber sido la fiscal del trigésimo primer estado de la Unión. Nacida en Oakland, hace 54 años, detenta un notable registro de intervenciones incisivas en el Congreso.
La experimentada demócrata de padre jamaicano y madre india, anunció este lunes a primera hora de la mañana su intención de presentarse como candidata a las elecciones presidenciales de 2020 por el partido demócrata.
Su manifiesta aspiración a transformarse en la cuadragésima sexta presidente de los Estados Unidos está dentro de la singularidad de un quinteto de líderes progresistas que guardan el mismo deseo. Ellos son Elizabeth Warren, senadora Massachusetts; Kirsten Gillibrand, por Nueva York; la congresista Tulsi Gabbard de Hawái; o Julian Castro, exalcalde de San Antonio (Texas) y exmiembro de la Administración de Barack Obama.
Harris es considerada “una estrella ascendente” dentro de las filas demócratas, especialmente desde la elección de Donald Trump, como azote de las políticas antimigratorias del republicano.
La senadora eligió como plataforma de lanzamiento la multitudinaria audiencia del programa matutino de la cadena ABC, Good Morning America, espacio en el que aseguró tener “la experiencia única de haber sido líder en el Gobierno local, el estatal y el federal”.
En la hoja de vida de la Senadora Harris se puede evidencia que se transformó en fiscal de distrito de la ciudad y el condado de San Francisco en 2003 y, tras dos mandatos, fue elegida como la primera mujer fiscal general de California.
Su niñez transcurrió en Oakland, la ciudad al este de la bahía de San Francisco.
Su percepción de la vida tiene las influencias de su mamá, Shyamala Gopalan, una inmigrante indio-americana, activista e investigadora por el cáncer de mama, que, tal y como la senadora cuenta, le contagió la pasión por combatir injusticias.
Shyamala Gopalan integró a sus hijas en la comunidad negra no solo porque estaba envuelta en la progresiva sociedad afroamericana de Berkeley, dada su participación en el Movimiento por los Derechos Civiles, sino porque a principios de la década de 1960 no había muchos indios en los Estados Unidos para formar una red de apoyo. .
La ya precandidata demócrata a la Casa Blanca se formó en la escuela de Derecho Hastings y comenzó trabajando en la oficina del fiscal del condado de Alameda.
Aunque, como senadora, vive en Washington, tiene su casa en Los Angeles, junto a su marido, el empresario Doug Emhoff, y sus hijastros, Ella y Cole Emhoff.