El llamado “juicio del siglo” está por llegar a su fin.
Tras más de dos meses de presentación de pruebas e interrogatorios a testigos, el proceso judicial en contra de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, se acerca a su conclusión esta semana.
Los fiscales presentaron este miércoles sus alegatos finales ante el jurado, mientras que el jueves lo harán los defensores.
Durante casi 80 días, el tribunal en Brooklyn, Nueva York, ha escuchado las declaraciones de decenas de testigos presentados por la Fiscalía. Solo uno fue citado por parte de la defensa el martes.
De las declaraciones han surgido revelaciones extraordinarias. Estas son 5 de las más llamativas.
Sobornos de alto perfil
Los testimonios sobre sobornos de la organización de Guzmán Loera a funcionarios mexicanos incluyeron a dos expresidentes de México.
Primero fue el abogado del capo, Jeffrey Litchman, quien en su alegato de apertura del juicio aseguró que los presidentes Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) recibieron “cientos de millones de dólares en sobornos”.
Tanto Calderón como Peña Nieto -que en el momento de la declaración de Litchman aún estaba en el cargo- rechazaron los señalamientos.
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Pero el pasado 16 de enero, un excolaborador del Chapo, Alex Cifuentes, fue más específico en el caso de Peña Nieto.
“¿Guzmán pagó un soborno de US$100 millones al presidente Peña Nieto?”, preguntó Lichtman al testigo, quien respondió: “Así es”.
El exmandatario no emitió una respuesta a este nuevo señalamiento, pero el exjefe de la oficina de la Presidencia Francisco Guzmán tachó de falsedad la declaración del narcotraficante.
Enterrado vivo
Uno de los testimonios que más asombro causó fue el de Isaías Valdez Ríos, un exguardaespaldas del Chapo que describió el nivel de violencia que ejercía su jefe con sus propias manos.
El testigo declaró sobre dos “traidores” que se habían unido al cartel rival Los Zetas y que, tras ser capturados, fueron llevados ante la presencia de Guzmán Loera.
Durante más de tres horas, el capo los golpeó brutalmente.
“Eran como muñecas de trapo, sus huesos estaban totalmente rotos. No podían moverse. Y Joaquín todavía los estaba golpeando con una rama y su arma”, dijo Valdez el pasado 24 de enero.
Los dos hombres fueron ejecutados por el Chapo con disparos en la cabeza y sus cuerpos fueron quemados en una gran hoguera para que no quedaran ni los huesos, según Valdez.
El hombre contó cómo atestiguó la ejecución de un tercer hombre con un nivel de violencia aún mayor.
“Hizo quemaduras con un hierro en la espalda, su camisa se le pegaba a la piel. Tenía quemaduras hechas con un encendedor en todo el cuerpo. Sus pies fueron quemados”, dijo Valdez al jurado.
Luego de pasar días encerrado, lo llevaron con los ojos vendados a un cementerio y, tras interrogarlo más, Guzmán Loera le disparó con su arma.
El hombre todavía estaba jadeando intentando tomar aire cuando fue arrojado a un agujero y enterrado vivo, según el testimonio de Valdez.
El Chapo negociando
Otro de los momentos más sorprendentes fue cuando el tribunal escuchó grabaciones en las que se escucha la voz de Guzmán Loera en una negociación de narcotráfico.
Los fiscales presentaron un audio en el que, aseguran, El Chapo sostiene una conversación telefónica con un narcotraficante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En los casi 12 minutos, Guzmán Loera le plantea a su contraparte la compra de seis toneladas de cocaína.
“Me dice mi sobrino que usted tiene 6 (toneladas) y si se le pagan 2 y media, usted las pone en Guaya (Guayaquil, Ecuador)”, se escucha al Chapo.
Su interlocutor, no identificado, le responde: “Yo me muevo siempre y cuando, como quedamos, el 50% me lo dejen depositado. Y arranco inmediatamente para allá”.
Esta fue la primera vez que se escuchó públicamente al líder del cartel de Sinaloa en una negociación.
El software espía del Chapo
Otro de los testimonios reveladores fue el de Christian Rodríguez, un técnico en comunicaciones digitales colombiano que instaló software y equipos de espionaje para el Chapo a partir de 2008 y hasta 2012.
Se encargó de instalar un sistema de comunicaciones a prueba de intercepciones y el capo quedó tan complacido que pidió más software para espiar a múltiples personas, desde sus trabajadores hasta sus parejas, entre ellas su esposa Emma Coronel.
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“Me llamaba todo el tiempo para pedirme cosas para el software espía”, aseguró Rodríguez
Pero lo que para Guzmán Loera llegó a ser su “juguete” de espionaje predilecto luego se volvió en su contra, pues Rodríguez se volvió cooperante secreto de las autoridades de Estados Unidos en 2009.
El software que había instalado para el líder del cartel de Sinaloa sirvió para que EE.UU. accediera a conversaciones del narcotraficante -algunas presentadas en el juicio- sobre negocios de drogas, violencia y sobornos a autoridades.
También fueron recuperados los mensajes de Guzmán Loera con sus parejas.
328 millones de líneas de coca
Guzmán, de 61 años, está acusado de introducir más de 150 toneladas de drogas a EE.UU.
Durante el juicio, los testigos y los fiscales expusieron los métodos del cartel de Sinaloa para introducir las drogas desde México, desde el uso de camiones con doble fondo hasta sofisticados túneles en la frontera.
Pero uno de los testimonios más llamativos fue el del fiscal federal adjunto Adam Fels, quien dijo que el Chapo había enviado “más de una línea de cocaína para cada persona en Estados Unidos” en tan solo cuatro de sus envíos.
Eso equivale a más de 328 millones de líneas de cocaína, señaló el fiscal al tratar de dimensionar para el jurado de qué tamaño eran las actividades de narcotráfico del acusado.
A partir del viernes, los jurados se tomarán el tiempo que sea necesario para determinar si Joaquín Guzmán Loera es culpable.
De ser así, el que fuera uno de los hombres más buscados del mundo podría enfrentar una sentencia de cadena perpetua en Estados Unidos.
Por: BBC Mundo