Aquellas personas que eran niños, adolescentes o jóvenes cuando llegó la crisis del covid-19 en 2020, con sus restricciones y confinamientos, siguen pagando cinco años después las consecuencias, tanto en términos de trastornos psicológicos como de aprendizaje.
Las restricciones adoptadas en muchos países, incluidos estrictos confinamientos domiciliarios, por la amenaza sanitaria que suponía el covid antes de la llegada de las vacunas, han tenido consecuencias nocivas en términos de salud mental.
Varios estudios muestran claramente que las generaciones más jóvenes han sido las más afectadas.
En Francia, una quinta parte de los jóvenes de entre 18 y 24 años había sufrido un episodio depresivo en 2021, un nivel nunca visto antes, según una encuesta de la agencia de salud pública.
Puedes leer: Cuatro puntos para entender el virus HMPV que causa inquietud desde China
La situación es similar en Finlandia, según un estudio publicado recientemente en la revista Lancet Psychiatry.
Entre unos 700.000 jóvenes de entre 13 y 20 años, “la proporción de personas con ansiedad generalizada, depresión y ansiedad social aumentó en 2021, en comparación con antes del covid, y se mantuvo en ese nivel elevado en 2023”, subraya el estudio.
Igualmente, preocupante es que las consecuencias de la pandemia también se están sintiendo en el ámbito del desarrollo emocional y el aprendizaje. Es sobre todo el caso en los niños que empezaron la escuela hace cinco años.
En este sentido, algunos especialistas destacan cómo los confinamientos pueden haber supuesto una ruptura para los niños con autismo o trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH).
Por: AFP