José Joaquín Mota, presidente de la Filial del Instituto Duartiano de Pensilvania y Valle Delaware, habla con orgullo y pasión de su patria: República Dominicana. Es un defensor de sus connacionales en el extranjero y en su tierra, lugar que no pierde de vista y se nota solo con conversar sobre la historia de su país.
A propósito de la celebración el 16 agosto, de la Guerra de la Restauración, El Sol Latino Newspaper conversó con Mota sobre la esperanza de una mejor comunidad, sobre la evolución de los dominicanos en Estados Unidos, la unidad de los latinos y el futuro de un gentilicio que crece cada vez más, no solo en la nación de Norteamérica, sino también en Pensilvania y las ciudades que la conforman.
«La República Dominicana es una nación que se identifica por su amor a la libertad, a su país, por amor a sus costumbres», afirmó con seguridad al explicar la historia detrás de la fecha patria que celebrarán en todos los hogares donde resida un dominicano.
La comunidad dominicana está creciendo en Estados Unidos, cuéntenos sobre ese fenómeno.
Realmente, esto es prácticamente indescriptible lo que está pasando con la comunidad dominicana en toda Pensilvania, no te voy a decir solamente Filadelfia. Ya que, considero a toda Pensilvania como el estado que está rescatando a los desahuciados dominicanos y latinos de Nueva York y Nueva Jersey.
¿Y por qué la palabra «desahuciados»? Se está dando un proceso en Nueva York y Nueva Jersey y es que las rentas y el costo de la vida son tan caros que los dominicanos tienen que aventurarse a buscar otras posibilidades, dentro de eso, entramos nosotros.

Por eso vemos que ciudades como Hazleton, que en el año 2000 tenía como alcalde a Lou Barletta y que luego desde Filadelfia tuvimos que protestar porque había un rechazo a la inmigración; se convierte en una ciudad mayormente dominicana, mayormente latina, entonces este proceso se da por lo que sucede en estas ciudades, pero vámonos también a Allentown, a Reading, George, Landcaster, Lebanon, son tantas ciudades y luego, está Filadelfia, la ciudad de mayor importancia en Pensilvania, pero también entre los dominicanos.
Ya nosotros venimos desde hace mucho tiempo atrayendo a los dominicanos que vienen de Nueva York y Nueva Jersey, y directamente de la República Dominicana, eso es grandioso. Empodera a nuestra ciudad que empezó con negocios de bodegas, pequeñas barberías, hoy vamos a más de 2.000 bodegas, más de 2.000 salones de belleza y una cantidad enorme de agencias, compañía de taxis, también una gran cantidad de mano de obra en toda la ciudad.
¿Qué dicen las estadísticas sobre el número de dominicanos?
Las estadísticas no son claras por varias razones. Según el número que se maneja del padrón electoral hay 20.000 inscritos en Filadelfia, pero eso es incipiente realmente, estamos hablando que en las elecciones pasadas teníamos 30.000-33.000 dominicanos inscritos para participar en las elecciones. La junta central electoral de la República Dominicana planifica duplicar ese padrón.
Ahora bien, en el censo del año 2000, a pesar de los esfuerzos que hizo el Instituto Duartiano Dominicano y otras instituciones dominicanas, de crear confianza no se logró. Había preguntas que alejaban a las comunidades hacia al censo, por eso hoy no tenemos un número seguro, pero creo que sobrepasamos los 200.000 dominicanos, o estamos cerca de esa cifra. Hay al menos 2 millones fuera de la patria.

República Dominicana está pasando por muchos cambios: políticos, empresariales, sociales, de turismo. Según su visión, ¿a dónde se debería dirigir el país?
El producto interno bruto basa en tres rubros principales los ingresos del país: turismo, dominicano en el exterior y zona franca. Si vemos que nuestra economía depende de esos tres rubros principales nos damos cuenta que el dominicano en el exterior es en cierta forma, una de las grandes esperanzas. ¿Por qué? La zona franca deja empleos al dominicano, pero los recursos de la zona franca no son dominicanos, son capitales que se van de la isla, están ahí porque no pagan impuestos. El beneficio para el país son los empleos.
Gran parte de la inversión del turismo en la República Dominicana, también es foránea. Tenemos un sector que ha venido trabajando en los últimos 20 años, pero aun así son capitales que se esfuman. Los valores fuera del país con el ciudadano en el extranjero, no debemos descuidarlo, tampoco se debe descuidar el turismo ya que es un proceso que ha venido caminando, se han sentado las bases, que permiten que el inversionista en el exterior lleve sus recursos con seguridad. Otro gran reto es la educación, hay que seguir formando.
Ya no somos el país que vende azúcar y bananas, vendemos servicios a multinacionales.
¿Cómo se organiza la comunidad en Pensilvania?
Hay casas dominicanas por prácticamente todas las ciudades, donde hay un dominicano ahí está la patria.