El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó hoy un decreto que flexibiliza la posesión de armas de fuego en el país, una de sus principales promesas esgrimidas durante la campaña electoral.
Bolsonaro ha prometido combatir con eficacia la delincuencia en Brasil, país donde tan solo el año pasado 63.880 fueron asesinadas, una media de 175 por día.
El decreto entra en vigor apenas sea publicado en el Diario Oficial de la Unión, sin pasar por el Congreso Nacional.
Ya la legislación actual permitía la posesión de armas bajo las siguientes condiciones: mayores de 25 años, ausencia de antecedentes penales, ocupación lícita, condición psicológica adecuada y justificación de su uso. Este último requisito será menos rígido ahora.
A partir de ahora, por ejemplo,el plazo de validez del permiso de posesión es de 10 añosen vez de 5.
De acuerdo con el texto,se mantiene el límite de compra en 4 armas, a menos que el interesado demuestre que necesita más.
El porte de armas en la calle, sin embargo, no fue flexibilizado.
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El mandatario del país amazónico, quien firmó el decreto en una ceremonia celebrada en el Palacio de Planalto, se refirió al referendo celebrado en 2005 en Brasil, en el que el 63% de los brasileños votó a favor del comercio de armas en el país tras la aprobación del Estatuto de Desarme.
“Como el pueblo soberanamente decidió por ocasión del referéndum de 2005, para garantizarles ese legítimo derecho a la defensa. Yo, como presidente, voy a usar esta arma”, afirmó Bolsonaro al mostrar el bolígrafo con el que firmó el decreto.
“El pueblo decidió por comprar armas y municiones y nosotros no podemos negar lo que el pueblo quiso en ese momento”, agregó el presidente derechista, en una ceremonia en la que también estuvieron presentes algunos de sus ministros, entre ellos el de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro.
Su propósito de facilitar la posesión de armamento a los “ciudadanos de bien” el objetivo de garantizar su defensa personal y el combate del crimen fue subrayado por el presidente brasileño durante su investidura, el pasado 1 de enero.
De acuerdo con un sondeo publicado por el instituto Datafolha a finales del año pasado, el porcentaje de brasileños que considera que la tenencia de armas tiene que ser “prohibida por representar una amenaza a la vida de otras personas” creció desde el 55 % en octubre, cuando Bolsonaro fue elegido con una mayoría del 55 % de los electores, hasta el 61 % en diciembre.
Por: José Espinoza