Han transcurrido casi 10 años desde que, gracias a la gestión decidida del periodista y folclorista Félix Carrillo Hinojosa, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró la música vallenata Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, hecho ocurrido el primero de diciembre de 2015.
Su permanencia en la lista de Patrimonios Culturales quedó condicionada al cumplimiento de ciertos criterios que garanticen su preservación, objeto fundamental de la declaratoria. Sin embargo, es poco lo que hasta la fecha se ha logrado en ese sentido por la inacción, no solo de las entidades del Estado encargadas de velar por el cumplimiento de los criterios expuestos, sino también por la indiferencia de algunas entidades que, por su relación directa con la cultura, bien podrían hacer su aporte a tan loable propósito.
Por el contrario, es innegable y evidente el terreno que ha perdido en su difusión y participación en los eventos masivos. ¿Cuántas emisoras -no todas- de diferentes pueblos y ciudades del país, otrora especializadas en transmitir solo música vallenata, no han cambiado su formato y reemplazado por otros géneros musicales? Ni qué decir de la menor participación de las agrupaciones vallenatas en los grandes conciertos en donde antes eran protagonistas; en ocasiones ni siquiera aparecen en la “parrilla” con la que los empresarios promueven sus eventos.
Puedes leer:Colombia vibra con el 58° Festival de la Leyenda Vallenata
Para colaborar en el cumplimiento de los criterios definidos por la Organización y evitar ser excluidos de esta honrosa lista, ha habido artistas de nuestra música que se han alineado con el espíritu que animó a la UNESCO a incluirnos en la mencionada lista. Entre ellos, aparece el nombre de uno de los más influyentes de este género musical quien, gracias a su talento vocal y sensibilidad musical, y sin renunciar a su esencia y estilo, supo adaptarse a los nuevos tiempos y nuevas generaciones contribuyendo con perseverancia a la preservación de la tradición vallenata. Se trata de un hijo ilustre de Valledupar: Iván Villazón.
Con este propósito, acaba de lanzar al mercado el Volumen 5 de Juglares Legendarios titulado ‘La Esencia’. No se trata de su trabajo habitual (comercial) con la agrupación oficial con la que graba temas inéditos y ofrece conciertos donde la alegría y el entusiasmo de sus seguidores siempre priman. No, se trata del resultado de un sentimiento superior generado por la música de los juglares, a quienes él siempre ha admirado y escuchado y, por ello, en su honor, una vez más, interpreta algunas de sus canciones emblemáticas que hicieron historia y se convirtieron en clásicos. Escucharlo cantar estas canciones a las que les imprime su estilo particular haciendo derroche de su versatilidad y amplio rango vocal, de su afinación, de su cadencia vallenata y su matizado timbre de voz, es trasladarnos al sentir más puro de nuestro folclor.
Su tesón, entrega, compromiso y amor por el folclor, lo ha convertido en la voz mayor de la música vallenata, insignia de nuestro país, y lo consolida como uno de sus cantantes más importante.
De allí que su incidencia en el desarrollo de este folclor haya sido determinante para contrarrestar, en buena medida, el influjo que nuevas agrupaciones ejercen sobre nuevos públicos que, por ignorancia sobre sus fundamentos, creen que cualquier música tocada con acordeón, es vallenata. En este sentido, el componente didáctico debe ser tenido en cuenta para corregir esa equivocada percepción que, de no hacerlo, terminará desvirtuando la condición intrínseca de los cuatro ritmos, razón de ser de su existencia.
Es de todos conocido, por lo que resultaría redundante extenderme en este tema, lo difícil que para Iván resultó decidirse por el canto vallenato en vez de culminar sus estudios de Derecho. Gracias a esa decisión, el folclor ha contado con su mejor defensor, y hoy nos regala este trabajo musical con el acompañamiento de Ciro Meza, coronado Rey Vallenato en el año 2003, dueño de la nota clásica vallenata heredada de juglares como Luis Enrique Martínez, Nicolás ‘Colacho’ Mendoza y otros no menos importantes, nota musical con la que Ciro nos deleita. Además, cuenta con la participación en la caja del gran amigo y ser humano Alberto ‘El Coyote’ Castilla, exponente reconocido de la cultura vallenata en la capital del país. Completan la nómina de artistas que participaron en esta grabación, los siguientes: Luifer David, productor y guitarrista; Hollman Salazar, bajista; Leonardo Fabio Ovalle, voces y coros; Romario Anillo, guacharaca; Santiago Méndez, cencerro; Wilberto Pérez, timba. La grabación y la mezcla fueron hechas en Luifer Estudio de Barranquilla en el mes de marzo del presente año. Para todos ellos va el reconocimiento por su aporte.
Gracias Iván por hacer todo lo que ha estado a tu alcance para que nuestro folclor no pierda su esencia y sucumba al embate de la modernidad, sino que se preserve y permanezca en el tiempo conservando el título de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.
Por: Darío Pimienta
Artículo de opinión