No existe la narrativa de un acto de justicia. La indignación de las víctimas es lo real. También el hecho de que sistemáticamente un hombre abusara de las mujeres en su entorno. Un inusual tecnicismo jurídico dejó en libertad a Bill Cosby. La conciencia del hombre de 84 años seguirá mortificada por las víctimas que no dejarán de exponerlo como un depredador.
La condena por agresión sexual de Bill Cosby fue anulada este miércoles por el más alto tribunal de Pensilvania. Tres años atrás fue declarado culpable de drogar y abusar de la empleada de la Universidad de Temple. Andrea Constand fue una de muchas que víctimas del llamado “padre de América”.
La Corte llegó a la conclusión de que Cosby fue procesado injustamente. El anterior fiscal del distrito había prometido al cómico que no sería acusado por las denuncias de Constand. No obstante el actor fue acusado por otro fiscal quien afirmó que no estaba obligado a cumplir ese acuerdo.
Inusual tecnicismo jurídico
Justamente en la decisión es que se muestra lo que un académico considera “extremadamente rara”. Los jueces consideraron que Cosby se basó en esa promesa cuando accedió a testificar sin invocar su derecho a la no autoincriminación. Es una prerrogativa recogida en la Quinta Enmienda. En resumen fue evadida en la demanda presentada contra él por Constand.
Las víctimas de Cosby han recibido el golpe de un inusual tecnicismo jurídico. El fallo que toma al proceso como vinculante, para el profesor Wesley Oliver es “extremadamente raro”. La declaración del experto fue recogida por Maryclaire Dale y Alanna Durkin Richer de AP.
El profesor derecho de Pensilvania dijo que nunca había oído hablar de un tribunal superior en Pensilvania o en cualquier otro lugar que lidiara con la promesa informal de un fiscal de no procesar.
“Abre un camino totalmente nuevo”, dijo Oliver. Él enseña en la Facultad de Derecho de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh. “Sienta un precedente no sólo para Pensilvania, sino probablemente para otros estados”.
Dijo que el fallo debería hacer comprender a los fiscales los riesgos de las promesas. “Esas que surgen en conferencias de prensa, comunicados, verbalmente, en privado, en las que aseguran que no van a procesar”.
“Deberían añadir al menos tres palabras: ‘en este momento'”, dijo. “Si se añade ese calificativo, cosa que no se hizo en el caso de Cosby, se debería estar bien”, dijo Oliver.
Promesas para un depredador
Los mórbidos apetitos de Bill Cosby son anteriores a la aparición del movimiento #MeToo. Antes del advenimiento de ese grupo de presión decenas de mujeres ya habían presentado acusaciones contra Bill Cosby. Así escribieron Sydney Ember y Matt Stevens del www.irishtimes.com. Precisaron que “las acusadoras de Bill Cosby sobre la decisión de liberarlo estaban abrumadas y devastadas”.
La promesa de no procesar a Cosby fue hecha en 2005 por Bruce Castor. Esa es la génesis del inusual tecnicismo jurídico. El funcionario era entonces el principal fiscal del condado de Montgomery. Castor también tiene otros asuntos históricos donde destaca. Fue parte del equipo legal que defendió al ex presidente Donald Trump durante su histórico segundo juicio de destitución por la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos por parte de sus partidarios.
Durante una audiencia judicial semanas después de la detención de Cosby en 2015, Castor reveló el acuerdo. Testificó que le prometió a Cosby que no sería procesado. Lo hizo con la esperanza de que eso persuadiera al actor a testificar en un caso civil presentado por Constand. Un movimiento que le permitiera ganar una indemnización por daños y perjuicios. Castor reconoció que el único lugar en el que se puso por escrito el asunto fue en el comunicado de prensa de 2005. Allí anunció su decisión de no procesar. Pero dijo que su decisión pretendía proteger a Cosby de un proceso judicial “para siempre”.
El dique jurídico de Castor
Es necesario señalar que Castor fue sucedido. El nuevo fiscal durante los argumentos de la apelación precisó el detalle. Advirtió que Castor llegó a decir en el comunicado de prensa que podría volver a revisar la decisión en el futuro.
Castor había dicho que el caso de Constand sería difícil de probar en los tribunales. La razón: ella esperó un año para presentarse y siguió en contacto con Cosby. El inusual tecnicismo jurídico tiene una de sus patas en esa mesa de juego.
Los primeros jurados que escucharon el caso pueden haber estado de acuerdo con él. No pudieron llegar a un veredicto en 2017. Pero un segundo jurado reunido tras el estallido del movimiento #MeToo lo declaró culpable en su nuevo juicio de 2018. Constand resolvió su caso civil contra Cosby por más de 3 millones de dólares.
El sucesor de Castor, el fiscal del distrito Kevin Steele, acusó a Cosby en 2015 después de que un juez federal, actuando a petición de The Associated Press, desvelara los documentos de su demanda de 2005 contra Cosby, revelando su testimonio perjudicial sobre los encuentros sexuales con Constand y otros. Castor ha dicho que Cosby “tendría que haber estado loco para decir esas cosas si hubiera habido alguna posibilidad de que fuera procesado”.