En fecha reciente, a miles de residentes de North Miami Beach les fue imposible llegar a sus hogares debido a las fuertes lluvias. En aquel momento las aguas alcanzaron niveles tan altos que las personas tuvieron que frenarse y quedaron atrapados mientras caían unos 46 centímetros de agua en el sur de Florida, un fenómeno que los meteorólogos calificaron como “un evento que ocurre una vez cada 200 años”, según afirmó el periodista de investigación Mario Alejandro Ariza en su columna publicada en The Atlantic.
El reportero agregó que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronostica para el 2040 casi 28 centímetros adicionales de océano para el sur de Florida. “La ciudad de Miami, construida sobre un pantano drenado y sobre piedra caliza porosa, se enfrenta a inundaciones cada vez más frecuentes”, aseguró.
Las lluvias extremas se han incrementado en un 400% desde 1998, con un aumento revelador después de 2006. “Un huracán importante con una marea de tormenta significativa podría desplazar a hasta 1 millón de personas”, explicó Ariza, agregando que la infraestructura de la región, a pesar de los miles de millones invertidos en adaptación, se muestra incapaz de manejar estas crecientes amenazas.
El sistema de canales en el sur de Florida, operado por el Distrito de Manejo del Agua del Sur de la Florida, es esencial para evitar que la región vuelva a convertirse en un pantano.
“La capacidad del sistema para drenar el agua se ve erosionada por la subida del nivel del mar, lo que ha llevado a la identificación de varios canales principales que necesitan bombas adicionales”, indicó Ariza.
En respuesta al desafío
Como respuesta a estos retos, Miami está revisando su manejo de aguas pluviales y ha instalado bombas y válvulas de retención en vecindarios vulnerables, mientras que Miami Beach ha invertido 10 años en elevar carreteras, instalar bombas y mejorar su infraestructura en un esfuerzo multimillonario para ganar tiempo.
No obstante, los eventos climáticos extremos como las recientes lluvias torrenciales no son contemplados en la planificación de infraestructura debido a los elevados costos de diseñar sistemas capaces de manejar tan grandes volúmenes de agua.
Bryan McNoldy, investigador principal en la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y Terrestres de la Universidad de Miami, ha dicho que “ningún lugar puede soportar tanta lluvia”. Luego de cerca de 23 centímetros de lluvia en solo 11 horas, el especialista dijo que había dormido intranquilo en su casa en Biscayne Park al enfrentar el riesgo de inundación dentro de su hogar si hubieran llovido unos centímetros más.
El gobernador de Florida Ron DeSantis, ha tomado algunas medidas para abordar los efectos del cambio climático con su Programa Resiliente Florida de 1,8 mil millones de dólares.
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Sin embargo, el mismo gobernador firmó una ley que casi prohíbe el término “cambio climático” en los estatutos estatales. El gobernador también ha fomentado el uso de metano, un poderoso gas de efecto invernadero, al reducir las regulaciones sobre gasoductos y aumentar las protecciones para cocinas de gas.
En una publicación en la red social X, DeSantis definió esta ley como “restaurar la cordura en nuestro enfoque hacia la energía y rechazar la agenda de los fanáticos verdes radicales”.